En un emotivo testimonio, Omar González relató cómo su familia intentó hacerle llegar una torta de cumpleaños y una caja con alimentos el pasado mes de marzo, fecha en la que cumplía años, pero el gesto fue saboteado de manera cruel por los cuerpos de seguridad del chavismo.
“Mi esposa, mis hijos y mis nietos me enviaron una caja de comida y una torta de cumpleaños… bueno, se la decomisaron”, contó.
“Los policías, delante de mí, abrían la caja y se lo comían como una tortura psicológica”, añadió
Omar González, quien lleva más de un año refugiado junto a otros opositores dentro de la embajada argentina, describió el ambiente dentro de la sede diplomática como una “prisión”.
Sin acceso a visitas familiares ni contacto con el exterior, los refugiados pasan sus días compartiendo historias bajo la tenue luz de una vela.
A pesar del asedio constante, González reveló que pudo celebrar su cumpleaños de forma simbólica gracias a la solidaridad de sus compañeros refugiados.
“Después, los amigos aquí mismo en la sede, con los pocos ingredientes que pudimos conseguir, me hicieron una torta. Picamos el pastel y soplamos una vela”, dijo.