Durante un acto del Curso Especial de Comando (COER) en la parroquia Macarao, Caracas, el dirigente chavista soltó una nueva teoría digna de película: Estados Unidos estaría secuestrando niños venezolanos para atrapar a sus padres. “Se llevan preso a los niños y los meten solos en un espacio para capturar a los padres”, dijo sin pestañear.
Pero no se quedó ahí. Cabello aseguró que lo que han intentado hacerle al pueblo venezolano es “más poderoso que algunas bombas explosivas”, y acusó a sectores de la oposición de ser cómplices por aceptar “migajas” del imperio a cambio de traicionar al país.
Como solución a este supuesto plan de destrucción, propuso lo que llamó la “fusión perfecta”: un combo entre pueblo, militares y policías que, según él, será el muro de contención ante cualquier intento de desmembrar la nación.
“No descansa el imperialismo norteamericano”, repitió con tono dramático, mientras reforzaba su discurso con la promesa de que en Venezuela se levantará la moral “de los pueblos con dignidad”.