Momentos de angustia se vivieron este domingo en la ciudad de Piedras Negras, cuando un grupo de 22 venezolanos, incluidos al menos tres niños y un gato que llevaban con ellos, quedaron atrapados en un islote del Río Bravo al intentar cruzar hacia Estados Unidos, a pesar de que el caudal estaba crecido por las intensas lluvias que se han registrado en la región en los últimos días.

18 de los migrantes llegaron al final de la mañana para tratar de pasar. En su primer intento comprobaron que el río estaba tremendamente crecido y cuando lo iban a hacer por una de las zonas más riesgosas, un periodista les explicó los riesgos que corrían y que todo podía terminar en una gran tragedia, especialmente porque llevaban un niño pequeño cargado y a otro de unos seis años, ambos muy asustados.

Caminaron hacia otros puntos y cuando vieron que se acercaban funcionarios del Instituto Nacional de Migración llegaron al lugar, entraron a las aguas del río, a pesar de que se les había comentado que en la mañana de unas 200 personas, el río se había llevado a unas 10 personas.

Los migrantes argumentaron que en México los habían robado los propios efectivos policiales, por lo que ya no tenían dinero, y que si los aseguraban, les iban a deportar.

Las mujeres manifestaron temor, porque supuestamente algunos funcionarios les habrían toqueteado e irrespetado, incluso a las niñas que estaban en el grupo.

Lograron avanzar en el río y subirse a uno de los islotes que no han sido tapados por las aguas. En la tarde se les sumaron otras cuatro personas. Aunque funcionarios del Grupo Beta se acercaron para dialogar y convencerlos de que permitieran ser rescatados, estos se negaron.

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