1. El primer acontecimiento ha sido la declaración de Juan Guaidó, ratificada luego por la “nueva alianza” que le respalda, en la que expresa que el gobierno interino se mantendrá “hasta que Maduro sea sustituido por unas elecciones libres».

 

3. En anteriores entregas hemos señalado que la naturaleza del interinato desde el punto de vista jurídico y político va a conocer cambios importantes.

 

4. Lo lógico, lo menos traumático, sería que las fuerzas políticas que han apoyado la presidencia de Guaidó desde la Comisión Delegada, resuelvan renovar la doctrina de un interinato basado en su condición de presidente de la AN, en vista de la ausencia absoluta del presidente constitucional. Ello implica mantener la tesis de la usurpación de Maduro y revisar el Estatuto de la Transición que, asímismo, puso fechas de caducidad de este mandato interino.

 

5. Nuestras fuentes nos confían que aún se trabaja en esta vía y que, a pesar de los desencuentros, es posible todavía alcanzar un acuerdo. Este acuerdo logrado con “fórceps” podría alcanzarse con el argumento de que “si no está Guaidó, habría un vacío” y la comunidad internacional tendría que valorar su posición. Se trata de un riesgo importante que la alianza parlamentaria debería evaluar con serenidad y ponderación. Una consecuencia adicional, y no menos relevante, de este vacío sería que los activos inmovilizados y las empresas de la República en otros países, quedarían en el limbo.

 

6. Si este acuerdo parlamentario no se lograra, bien sea porque no hay voluntad para revisar el Estatuto o porque se cuela “la travesura” de designar un presidente de la AN distinto a Guaidó, no cabe duda de que a Guaidó no le quedaría más camino que evaluar si continuar sin este apoyo parlamentario, lo cual sería relativamente inviable en lo político y en lo jurídico.

 

7. Al día de hoy, a pesar de que –reiteramos- siguen las conversaciones para ver si el acuerdo parlamentario se logra, no aparecen signos claros de que la Plataforma Unitaria pudiera mantenerse en las mismas condiciones. Justamente, previendo que ello se agrave, las organizaciones que ya han manifestado su acuerdo con la continuación del interinato, han suscrito un documento apoyando su continuación. Esas organizaciones son Proyecto Venezuela, Encuentro Ciudadano, Copei (ODCA), Causa R y Voluntad Popular.

 

8. Estas definiciones adquirirán su mayor expresión una vez que pasen las elecciones regionales. No cabe duda que sus resultados tendrán también influencia sobre el tema del liderazgo opositor y, especialmente, sobre el punto concreto del interinato. Juan Guaidó, se ha mantenido con prudente distancia del proceso y, al respecto, se ha limitado a afirmar, como lo dijimos en entregas anteriores, que “la oposición venezolana está formada por quienes van a ir a las elecciones del 21 N y también por quienes no asistirán al proceso”, afirmación que busca, sin duda alguna, preservar su carácter de intérprete de todas las visiones y poder accionar a futuro en nombre de todas ellas.

 

9. No será indiferente tampoco un buen o un mal resultado en las elecciones regionales para la oposición o para “las oposiciones”. No hace falta ser suspicaz para entender que si Manuel Rosales, es electo gobernador en Zulia, por ejemplo, este va a jugar un rol de primera importancia en el desarrollo de los acontecimientos posteriores, es decir, en lo relativo al liderazgo de la oposición y al reconocimiento del interinato de Guaidó. Por otra parte, Maduro estaría convocando a una reunión de gobernadores y alcaldes electos para el mismo lunes 22 de noviembre con la finalidad de imponer su reconocimiento como presidente.

 

10. El caso de PJ merece ser mencionado igualmente con cierto detenimiento, sobre todo luego de la declinación de Ocariz a su aspiración en Miranda. Esto deja al partido amarillo en una situación complicada de cara al futuro próximo. En efecto, Capriles, que había jugado con él su mejor carta para afianzar su liderazgo futuro, ya no podrá contar con ello. De esta suerte, le quedarán muy pocos liderazgos hacia los cuales replegarse para armar el suyo propio. La renuncia de Ocariz, entonces, hay que verla también en esta dimensión, mas allá de la que tiene, como un elemento, sin duda positivo, en el ánimo opositor que asume como su gesto un logro unitario.

 

11. En clave externa es necesario reseñar la posición de la cancillería rusa en la visita realizada por el ministro de exteriores de Maduro a Moscú. Palabras más, palabras menos, se le indicó, en su propia cara que Rusia está por la continuación de las negociaciones en México. Esta podría ser una pista de lo que los tradicionales aliados de Maduro podrían estar jugando luego de la decisión del fiscal de la CPI de pasar a la siguiente etapa en la investigación: es decir, presionar a Miraflores para que se negocie un acuerdo antes de una eventual decisión de la Haya, como una carta a mostrar al mundo de que su presión a maduro está dando resultados “positivos”.

 

12. Ratificamos nuestro compromiso de perseverar en la necesidad de una salida política a la crisis venezolana, lo cual pasa por el robustecimiento de sus Fuerzas Democráticas. Es necesario promover acuerdos para que se emprenda un proceso de legitimación del liderazgo de la alternativa democrática, es decir, una Plataforma Unitaria más amplia e incluyente. Para ello es indispensable el debate, el balance la rendición de cuentas y una participación entusiasta de los venezolanos que están tanto dentro como fuera del país, para darle aliento popular y articulación a la conducción de las acciones políticas necesarias que nos permitan reconquistar la democracia y la libertad.

 

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