Por Luis Velázquez Alvaray

El llamado ecologismo, con excepciones por supuesto, se ha convertido en un negocio que recibe dadivas para callar. En el caso de Venezuela, la tiranía paga con oro de sangre a los supuestos luchadores ambientales, que protestan mucho y muy fuerte cuando se trata de países que no giran en torno al eje Castrochavista.

Grandes cantidades de dinero se giran a través del Foro de Sao Paulo para gritar y hacer mutis.

Lula Da Silva cuando gobernó Brasil, incendió los bosques y nadie de estos grupos salió en tromba, como suelen hacerlo bajo las directrices de este Sao Paulo Terrorista. Igual, Correa, acabó con medio Ecuador y Evo Morales destruyó Bolivia con saña contra el medio ambiente.

En Venezuela se desarrolla el proyecto de destrucción más grande del mundo: alcanza el 22% del Territorio Nacional (111.860.90 km2) y se extraen millones de toneladas de oro, diamante, hierro, bauxita, cobre y coltán. Se destruyen selvas y bosques, monumentos naturales y cuencas que forman parte de la Amazonia.

Los ecologistas ciegos, sordos y mudos, los ecologistas rojos, miran para otro lado y no hablan del envenenamiento de los ríos y demás cursos de agua, la contaminación y el derrumbe del ciclo hidrológico a través de excavaciones ilegales.

Estos falsos defensores, dirigido por la hueste terrorista que es el Foro de Sao Paulo, ignoran la violación de los derechos humanos de los indígenas, y el genocidio que el militarismo Chavista implantó en la zona a cambio de enriquecerse con esta tragedia humanitaria.

Están sentenciados a la pena capital las etnias Warao, Acawayo, E’eñepa, Pumé, Mapoyo, Kariña, Arawak, Piaroa,Pemón, Ye’Kwana y Semeya (donde estará la voz de Nohelí Pocaterra y demás Chavistas Indígenas que mudos y sordos, solo miran sus fortalecidas arcas).

El arco minero es sinónimo de sicariato, represión, tráfico de droga, trata, robo y bandolerismo militar.

Los ríos Caura, Cuchivero, Aro Yuruari, Cuyuní y Caroní, están absolutamente contaminados con mercurio y destruida su fauna acuática.

El foro de Sao Paulo, destacó allí terroristas de todo el mundo, para recoger lo que les toca.

Guerrilleros y Colectivos asesinan a mansalva y son el correaje para las inversiones desestabilizadoras en Colombia, Brasil, Chile, entre otros países latinoamericanos.

Los indígenas que se oponen a semejante destrucción son asesinados. Los diputados de la Legítima Asamblea Nacional, que han luchado contra este crimen (De Gracia, Magallanes), están en el exilio amenazados de muerte por la mafia Sao Paulista.

Buena parte de los ambientalistas, viven de la sangre del oro y demás riquezas venezolanas.

Ojalá la niña Thunberg pronuncie alguna vez la frase:

“Crimen arco minero”.

P.D. Mucho oro salió del arco minero para la campaña a la Alcaldía de Bogotá.

¡Ambientalistas de todo el Sao Paulismo uníos!

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