Un sistema cambiario regido por el sector privado. Por primera vez desde la instauración del control de cambio en Venezuela, en 2003, el sistema de adjudicación de divisas no estará administrado por una institución pública. Al menos así lo establece la resolución 19-05-01 del Banco Central de Venezuela (BCV), que autoriza a la banca nacional a abrir “mesas de cambio” para facilitar transacciones en divisas entre particulares.
Pero, ¿cuáles son las implicaciones de este nuevo esquema? ¿Qué ocurrirá con el Dicom? ¿De dónde saldrá la oferta de divisas que alimentará a las “mesas de cambio“?
Aún no hay respuestas claras a esas interrogantes. Sin embargo, el documento precisa que personas naturales y jurídicas podrán participar en estas operaciones; así como también organismos internacionales, incluyendo las representaciones diplomáticas.
La economista Tamara Herrera advierte que la modificación del sistema cambiario llega en un contexto muy adverso para su correcto funcionamiento. La crisis económica del país, sumado a las sanciones financieras de Estados Unidos contra el BCV, generan una combinación que pone en riesgo a cualquier entidad que intente transar en el mercado venezolano.
“Es una decisión (nuevo sistema cambiario) canalizada por las sanciones al BCV. Esa sanción causa un exceso de prudencia en los bancos corresponsales a la hora de hacer negocios en Venezuela. Limitaron a dar servicio para evitar los riesgos (de ser sancionados)”, afirma la también directora de la firma Síntesis Financiera en conversación con Efecto Cocuyo.
En medio de las restricciones, las autoridades del BCV sostuvieron una reunión la semana pasada con los representantes de los bancos. En ese encuentro hicieron un exhorto a las instituciones financieras para operar con libertad en un nuevo sistema de transacciones, donde la única obligación sería el reporte a diario de las operaciones.
Al mantener operaciones con una entidad sancionada por el Departamento del Tesoro de EEUU, los bancos nacionales también corren riesgo de sufrir sanciones. Y eso puede complicar aún más el panorama.
Encaje legal agrava la liquidez de los bancos
Actualmente el encaje legal está a niveles nunca antes vistos en el país. Mientras que el encaje ordinario se ubica en 57%, el marginal se encuentra en 100%. Esto quiere decir que las entidades financieras deben congelar sus fondos como reservas en el BCV y pierden su liquidez disponible.
Y las consecuencias se han hecho sentir inmediatamente. El crédito bancario es escaso, descendió el consumo y las inversiones. La razón de ello, según alegan las autoridades, es frenar la inflación y el ascenso del dólar en el mercado paralelo.
No obstante, ahora intentan revertir la presión otorgando flexibilidad cambiaria a la banca. ¿Es suficiente? Herrera dice que no.
A juicio de la economista, el BCV restringe la liquidez en bolívares para que las empresas que operan en Venezuela deban vender divisas y mantener sus operaciones. “Están estrangulando a los bancos a límites impensables con la esperanza de ver ofertas de divisas a través del sector privado“, señala.
Con recesión, hiperinflación, pocos bolívares a disposición en el sistema financiero y bajo las amenazas de las sanciones, Herrera insiste en que las posibilidades de éxito del nuevo sistema cambiario son reducidas bajo el actual contexto.
fuente: efecto cocuyo.