Sin ambulancias. Cuando Héctor Ojeda, paciente oncológico, tenía que trasladarse de emergencia desde San Fernando de Apure a Caracas no consiguió mejor opción que un autobús. Las ambulancias fueron esquivas para las llamadas de la familia Ojeda. Un tortuoso viaje de más de seis horas; más de 400 kilómetros de quejas y dolores.

“Llegó al hospital en Caracas destrozado. Las molestias lo agobiaron todo el viaje. Los dolores no pararon; eran molestias de más”, relató su esposa, que prefirió no identificarse. Ojeda, de 65 años, falleció el 23 de febrero en Caracas, en una batalla contra del cáncer diagnosticado en abril de 2018 que lo aquejaba en el abdomen. No consiguió tratamiento.

Viajó la noche del 20 de febrero, para amanecer al otro día a la capital y llegar a su cita médica en el Hospital Oncológico Padre Machado. Partieron, él y su hija desde el terminal de pasajeros de la capital del estado llanero.

Su voz se cortaba en el intento de retener el llanto. El duelo aún la tortura. Hacía esfuerzo para continuar la conversación; respiraba profundo. Recordaba los intentos en vanos de conseguir auxilio; ningún organismo que consultaron consiguió ambulancia para trasladar a Héctor en Caracas. Tampoco para devolverlo a Apure.

“No se consiguió ambulancia tampoco para regresar.  Se me muere en Caracas porque no consiguió ambulancia. ¡Se me murió en Caracas! No tenía cómo trasladarlo. ¿Qué más quería yo que traerlo de nuevo acá (Apure)?”, se lamenta.

Lloraba. Comentó que su hija fue quien realizó la mayoría de gestiones en la capital para atender a Héctor. “Pero no se pudo nada. Llamamos a taxis y tampoco pudimos conseguir”, agregó.

La lucha contra el cáncer no fue fácil para Héctor. Menos en las circunstancias críticas del sistema de salud venezolano. El medicamento que le recetaron, Imatinib, solo se conseguía fuera del país. Después de meses buscando lo encontraron en Perú, pero en un precio superior a los 600 dólares.

“Me da mucha impotencia, mucho dolor. Cuando uno necesita la ayuda al momento no la consigue. Lo queríamos tener en casa. Queríamos tenerlo vivo y ya no lo tenemos”, comentó.

Sin traslados

Los traslados en ambulancia en Caracas son limitados. Según cálculos de organizaciones médicas que llevan esta cifra, en el área metropolitana el sistema de ambulancias trabaja a 10%: solo hay alrededor de 20 ambulancias disponibles para atender a los 18 hospitales y los más de 30 centros de salud privados.

“No llegamos a 25 ambulancia en la ciudad, si sumamos a todas las entidades, tanto públicas como privadas. No hay capacidad de respuesta”, expresó Enrique Montbrun, exdirector de Salud Baruta y profesor de la Escuela de Medicina José María Vargas, de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Montbrun indicó que debería haber al menos una ambulancia por cada 25 mil habitantes. Con una población de alrededor de 5 millones de habitantes en el área metropolitana, deberían ser 200 ambulancias. Sin embargo, el problema no solo son las pocas unidades. De las existentes, 10% es de soporte avanzado, el resto funciona solo para traslados básicos.

“La mayoría de las ambulancias que están disponibles no garantizan un soporte avanzado(oxígeno y máquina de ventilación, equipos y personal especializado). Las que medio funcionan son de traslado entre hospitales”, dijo.

El también ex director de Protección Civil en Baruta indicó que este déficit pone en riesgo a la población cuando hay situaciones de emergencia en la ciudad y se requieren muchos traslados.

“En caso de incidente mayor, de conflicto que se necesite traslado, una situación de magnitud mayor, habrá una sobre demanda sin ambulancias. Está crítico el sistema prehospitalario“, indicó.

Montbrun señaló que la ciudad nunca ha tenido una flota ideal de ambulancias. Sin embargo, este año ha empeorado la atención. “Se ha deteriorado, por la falta de mantenimiento, el déficit de personal y la escasez de equipos”.

Resaltó la importancia de tener un sistema prehospitalario apto. Destacó que es un delicado número de muertes previsibles; son vidas que pueden salvarse cuando el sistema no falla.

“Es un sistema de emergencia que tiene que estar competente cuando reciben a un paciente severamente lesionado en un sistema que no tenemos. Lo trasladan en ambulancia. Requiere oxígeno. Lo llevan a una sala de emergencia y luego a un quirófano. Si eso no funciona, tenemos un grupo alto de pacientes que van a morir”, explicó.

Ambulancias abandonadas

Afuera, cercano a la entrada principal del Hospital José María Vargas reposa una ambulancia averiada desde al menos dos años. Los cuatro cauchos espichados. Igual está la entrada de emergencia del Hospital Clínico Universitario; una ambulancia abandonada. Ambos centros médicos están sin ambulancias.

“Estamos sin ambulancias. Tenemos un cementerio de ellas dañadas, por lo menos 8 o 10 desmanteladas. Han prometido arreglarlas, pero se quedan solo en promesas. Los paciente buscan por fuera cómo trasladarse en vehículos propios”, expresó Denis Guedez, trabajador del hospital Clínico y representante sindical.

Los más afectados son los centros de atención pública. En la mayoría de centros consultados por Efecto Cocuyo, no disponían de ambulancia para realizar traslados. Los trabajadores aseguran que deben realizarse en vehículos particulares.

Al igual que estos dos centros asistenciales, en Caracas hay pocos con ambulancia disponible. En igual condiciones está el Periférico de CochePeriférico de CatiaHospital El Algodonal y José Manuel de Los Ríos.

Médicos indicaron que, en la gestión de Juan Barreto en la Alcaldía Metropolitana de Caracas que culminó en 2008, existía una flota de al menos 180 ambulancias. Sin embargo, la reducción ha sido de 87.7% en 11 años.

“Cuando llega un paciente a una especialidad o a dar a luz, la rebotan y estamos sin ambulancias para el trasladado: el mismo familiar busca un carro particular. Es difícil conseguir un taxi, porque los taxi no lo hacen por los daños que hacen al carro”, expresó Guedez.

Mientras, en el Hospital Miguel Pérez Carreño cuentan con una sola ambulancia. Sin embargo, no hay capacidad suficiente para atender a todos los pacientes que requieran traslados; dan prioridad a las urgencias.

“Es un gran problema para canalizar la ambulancia. Demasiada demanda. Es una larga lista de espera”, manifestó Francis Guillén, enfermera de este hospital.

Hasta 2012 había tres vehículos de este tipo. Pero la flota se mermó por la falta de repuestos y mantenimiento. La administración del hospital no ha atendido la urgencia con nuevos vehículos tampoco.

“Hay silencio absoluto. Por uno alzar la voz hay arremetida contra el personal”, expresó Guillén.

En el Hospital Domingo Luciani también hay una sola ambulancia. Sin embargo, esta es solo para traslados cercanos y sin servicio en la noche. Deben anotarse en lista de espera con dos días de anticipación.

“Se congestiona mucho. Porque el señor que hace los traslados llega tarde. Desde hace muchos años aquí no hay más ambulancias. La gente debe buscar su carro propio”, indicó Betty Rivas, enfermera de este centro médico.

Esta ambulancia, además, no es destinada para atender emergencias. Se encarga de llevar a pacientes que requieran exámenes médicos fuera del hospital.

Fuente: Efecto Cocuyo.

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