Caracas.- Las actuaciones del Tribunal Supremo de Justicia en el exilio han generado confusión y desconcierto. Desde sus constitución hasta su actuar, han generado dudas en los venezolanos, ejemplo de ello, el antejuicio de mérito contra el presidente Nicolás Maduro.

Al respecto, el abogado constitucionalista Juan Manuel Rafalli dijo que “ellos están actuando porque se consideran legitimados para ejercer su función, lo hacen de buena fe, más están conscientes de que la efectividad de su decisión depende de un organismo de fuerza pública que pueda ejecutarlo dentro o fuera de Venezuela”.

Por su parte, la internacionalista y profesora universitaria Giovanna De Michele, declaró que “la figura del gobierno en el exilio suele tener dificultades para ejercer de forma práctica el poder y, en consecuencia, se diluye en el tiempo. Pero, de cara a lo internacional, tiene gran impacto porque ningún Estado puede tener dos gobiernos y esto obliga a la comunidad internacional a desconocer al gobierno de Maduro y reconocer al gobierno paralelo o viceversa, por lo que pudiéramos estar dentro de una ola de desconocimiento de la legalidad y legitimidad del gobierno de Maduro”.

De acuerdo con el portal El Político, la falta de credibilidad es uno de los aspectos que más le hace daño al TSJ en el Exilio, incluso se comenta que actúa de la mano de una agenda política de María Corina Machado, Diego Arria y Antonio Ledezma, financiada por banqueros en el exilio y el Secretario General de la OEA Luis Almagro actuando como una especie de “Padrino” y “Comunity Manager” de sus actuaciones.

El abogado y magistrado del TSJ en el exilio, Alejandro Rebolledo, quien ha estado separado de esa instancia paralela y que incluso no asistió al acto de la OEA promovido por Luis Almagro, destacó que “a los pueblos hay que orientarlos, no engañarlos. Jamás me prestaré para crear falsas expectativas en esta lucha por salir del crimen organizado que gobierna en Venezuela”.

VÍA EL COOPERANTE.

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