¿Pero qué se puede comprar realmente con ese dinero en Venezuela?
Los precios cambian constantemente y ni siquiera el papel higiénico es un producto con plena disponibilidad y accesibilidad en el país. El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reportó que hace dos años una familia necesitaba ganar 63 salarios mínimos para comprar los alimentos básicos. Después de las proyecciones en el incremento de la inflación, y de que el Centro de Documentación y Análisis de la Federación Venezolana de Maestros revelara que la canasta alimentaria familiar superara los 200 millones de bolívares, se necesitan cerca de 220 salarios mínimos para alimentar a una familia de cinco personas. La paga mensual no da ni para comer, literalmente.
Una de las principales consecuencias de este nivel de pobreza es la emigración a otros países. De hecho, entre 2015 y 2017 hubo casi 70.000 venezolanos que salieron del país para sobrevivir en la Argentina. El resto de países de Sudamérica también reciben de manera asidua emigrantes venezolanos. Además, las peticiones de asilo en Estados Unidos crecieron exponencialmente, y entre 2016 y 2017 superaron a China y a México, según datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS). El turismo cayó, la tasa de homicidios aumentó, el desempleo va a derrumbarse según las proyecciones del FMI…
La resistencia en semejantes condiciones es insostenible. Encovi, la Encuesta sobre Condiciones de Vida, reveló que 6 de cada 10 venezolanos admitieron haber perdido un promedio de 11 kilos el año pasado por no poder acceder a los alimentos.
Vía La Patilla.