Venezuela se ha convertido en un lugar difícil para criar hijos debido a la crisis económica. Muchas madres están dando a los niños a familias y centros especializados, en adopción legal o abierta, para que puedan vivir y ser alimentados, reseñó Frances 24.
Aunque no existen cifras oficiales de las adopciones abiertas y legales en Venezuela, la organización Proadopción señala que, semanalmente reciben al menos ocho mujeres que decidieron entregar sus hijos al cuidado de otras personas, y que esta cifra, hasta 2017, era de ocho mujeres al año.
“No tener nada que darles es difícil. Yo quisiera que mis hijos estuvieran conmigo. Todos estuvieran conmigo, pero ¿cómo hago? Allá están mejor que conmigo”, señaló una madre que no percibe ningún tipo de ingreso económico en estos momentos.
El director de Proadopción, José Gregorio Fernández, dijo que es insostenible tener hijos en Venezuela y que el perfil de las mujeres que entregan sus hijos a otras familias ha cambiado,
“No nos está llegando cualquier mujer. No nos está llegando la mujer que fue víctima de violación o que esto fue un incesto, ahora el perfil es que son madres y son muchisímas”, alertó Hernández.
Los pocos centros de adopción que existen en el país se están llenando de niños que no pueden ser mantenidos por sus padres. Muchas madres tocan la puerta de estas casas para que cuiden a sus hijos, y otras dan el consentimiento legal inmediato para que el niño se vaya con una familia sustituta o en adopción.
El desmembramiento familiar por los problemas socioeconómicos
La Directora Legal del Hogar Bambi, Dayani Sánchez, explicó que las casas de adopción siempre han recibido niños en situación de vulnerabilidad, pero que ahora lo que llama la atención es la entrega voluntaria por parte de las madres.
“Los indicadores de lo que fue el año 2017 y lo que va del año 2018, el incremento de niños a la puerta de la institución ha aumentado y eso era algo que no ocurría. Nosotros con mucha sorpresa vemos esa realidad, los atendemos, les generamos una atención inmediata de emergencia, y una vez recibido en esa emergencia debemos notificarle al ente legal correspondiente”, aclaró Sánchez.
Helena Fuentes, de 17 años, visita frecuentemente una casa hogar porque entregó a sus dos hermanos menores, de dos años y diez meses, en estado de desnutrición. No tuvo opción. Su madre se fue hace cinco meses a trabajar. Lo hizo en contra de su voluntad, y entre lágrimas aseguró que va a tratar de recuperarlos de nuevo, cuando le sea posible.
En un país donde resulta prácticamente imposible comprar leche, pañales, alimentos y medicamentos, las madres tienen claro que lo mejor es que sus hijos estén bajo el cuidado de quien pueda ayudarlos a vivir.
VÍA LA PATILLA.