Tres rostros del barrio San Isidro de Petare, algunas de ellas madres solteras y de niños recién nacidos. No cuentan con un trabajo fijo, en el sector donde viven no llega el transporte público y la rutina se les hace complicada; la mayor preocupación: asegurar la alimentación de sus hijos.

El seriado Madres en revolución: historias de la crisis que adelanta Caraota Digitalpresenta los casos de Estefani, Desiré y Miriam, solo algunas de las 22 madres beneficiarias de los proyectos Nodriza y Alimenta la Solidaridad que funciona en la zona. Aunque aseguraron haber tocado fondo por el escenario actual del país, tratan de sobrevivir y ayudan a otras a hacerlo; se han negado a dejarse vencer y desde bien temprano se distribuyen las tareas de un comedor de la zona para poder asegurar el pan de sus hijos.

El Movimiento Rescate Venezuela les donó insumos médicos y alimentos, en el encuentro estuvo invitado el equipo de Caraota Digital y fue el momento oportuno para contarnos sus historias, y cómo tratan de lidiar con todas las situaciones que se atraviesan en el camino.

El caso de Estafani Moros no es ajeno al de muchas venezolanas, le ha tocado el rol de madre y padre; aunque no tiene un trabajo fijo busca limpiar otras casas y como pago prefiere pedir alimentos para sus pequeños en vez de dinero. “Si te soy sincera cada vez que me ofrecen un trabajo les digo que me paguen con comida porque a veces no tengo qué darles a mis hijos. Una vez me tocó acostarlos sin comer, y me dolió de verdad, lloré demasiado porque primera vez que me acuesto así”, expresó.

Desiré Rodríguez estaba rallando una zanahoria en el segundo piso de este comedor para preparar el almuerzo del día, estaba acompañada de su hijo Abraham que tiene diez años de edad, pero detrás de su holgada ropa se esconde un cuadro de desnutrición crónica que luego su madre explicó. “Mi hijo pesa 24 kilos y tiene diez años. El debería recibir tres comidas y tres meriendas”, una dieta que se le hace imposible cumplir.

Esta crisis ha sacado el mayor esfuerzo de ellas, Miriam Bravo perdió a su esposo y le ha tocado levantar sola a su familia. Tiene un bebé de brazos que utiliza pañales pero los altos costos la llevaron a realizarlos con sus propias manos; así pasa sus días invirtiendo tiempo para ver crecer a sus hijos, aunque la preocupación nunca se termina, al finalizar el día ya están pensando en qué comerán al amanecer.

 

VÍA CARAOTA DIGITAL

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