El secuestro en Venezuela ha crecido 300% desde el año 2009. Es una acción delictiva compleja de abordar. Las medidas para contrarrestarlo trascienden las técnicas policiales directas y demandan la organización de un sistema de seguridad ciudadana, además de una clara política criminal por parte del Estado.
El secuestro ha obligado a cambios de hábitos por parte de los ciudadanos. Mario Mármol García, abogado criminalista y experto en negociación de secuestro indicó en una entrevista con Contrapunto que para contrarrestar este delito, el Estado venezolano tiene que enviar un mensaje al delincuente de que no es rentable para las personas que se van a aventurar a cometerlo.
Respecto a las penas por cometer un secuestro exprés y uno prolongado, expresó que cuando se comete un secuestro exprés, el castigo es de 12 a 20 años, y el prolongado (pasa de 24 horas), va de 20 a 30 años. “Con esto, si el secuestrador es muy pila, dice: Bueno, nos llevamos a la persona a las seis de la tarde y la soltamos a las cinco del día siguiente, para que no se cumplan las 24 horas. Por eso, en mi criterio, desde que haya un traslado, un ocultamiento o el cobro de un beneficio económico o patrimonial por la retención de una persona, hay un secuestro y debe tener la misma pena”.
Marmol García manifestó que también es válido preguntarse también si el venezolano de a pie realmente confía en la policía o en la autoridad que va a encargarse del caso. Sin embargo, alertó que es difícil crear confianza en la colectividad si las tanquetas, los agentes, los motorizados del Conas, se usaron para un evento político, de control de seguridad del Estado.
A pesar de esta situación, Marmol García afirmó que la institución que tiene más experiencia en la lucha contra este delito es el Cicpc: “De verdad que están muy bien formados, incluso en la división nacional contra el secuestro hay funcionarios que pueden tener ya entre 10 y 15 años de experiencia, y ellos a su vez han ido formando a los nuevos ingresos. En el Conas, hay muchos funcionarios que vienen de hacer cursos con los especialistas del Cicpc”.
El criminalista relató que en Venezuela se está implantando la cultura del secuestro, ya que en muchos barrios hasta “aplauden” cuando llega una banda con alguna víctima para esconderla. Recordó el caso de un hombre español que lo mantuvieron cautivo 30 días en Barlovento. Todo el mundo lo sabía y nadie fue capaz de llamar al 0-800, por miedo, bien porque los secuestradores les dieron plata, porque la gente se benefició de este secuestro.
Finalmente, añadió que el Estado debería trasmitirle a los secuestradores que su negocio no es rentable, porque si cae preso cumplirá 30 años de pena y no lo sacará ni el presidente de la República.