El incremento del número de venezolanos que se ha unido a la diáspora, no cesa. Esta vez se trata de trabajadores de la salud, quienes han tomado la decisión de emigrar ante la grave crisis que azota a ese sector, la cual incluye desde bajos salarios hasta la falta de dotación de insumos y deterioro de la infraestructura y del sistema en general.
El gremio de la salud protagonizó este miércoles una protesta en la avenida Urdaneta, al centro de Caracas, donde expusieron, una vez más, la crisis del sector. En el lugar se encontraba el presidente de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud), Pablo Zambrano, quien indicó que sus miembros han tenido hasta que vender sus artículos personales para poder sobrevivir.
“Colombia tiene un salario mínimo de 272 dólares, que equivale a 850 mil pesos, mientras que los trabajadores de salud en Venezuela ganan Bs. 850.000, desde obrero hasta médico. Eso no alcanza, se están yendo del país, es inmensa diáspora. Mano de obra calificada se va para buscar mejoras en otras latitudes como vivir, como comer porque aquí venden las cosas de su casa, televisores, neveras porque no les alcanza el salario y no tienen qué darle de comer a sus hijos”, dijo.
Denunció que efectivos de la Guardia Nacional y de la Policía Nacional Bolivariana impidieron la movilización de los trabajadores de la salud hasta la Defensoría del Pueblo, situación que ya había informado el dirigente Mauro Zambrano más temprano este miércoles.
“La plaza fue sitiada para que los trabajadores no llegaran a hacer el reclamo. En Venezuela la inflación rezagó el ingreso de la clase trabajadora que tiene que buscar alternativas, como emigrar”, reiteró el presidente de Fetrasalud.
La enfermera Elsy Arrieta explicó las razones por las que se sumó a la protesta de este miércoles. “No tenemos insumos, estamos aquí por el derecho que tienen los pacientes a ser atendidos, por el derecho a un salario digno”, dijo.
Sobre la actitud de los funcionarios de seguridad que impidieron la movilización, señaló: “A los guardias nacionales les digo que ellos son pueblo, que también van a los hospitales y quienes los atienden son las enfermeras y médicos. ¿Cómo lo vamos a atender si no tenemos nada?”, exclamo, al tiempo que agregó que “se ha perdido humanidad, se ha perdido todo”.
Otra de las enfermeras que protestó en el lugar también se pronunció sobre la crisis: “No es justo que a un padre de familia tengamos que decirle que compre inyectadora, una jeringa, un yelco. No es justo. Antes teníamos un país donde había de todo. Los niños se nos mueren, las enfermeras lloramos porque nuestros pacientes se están muriendo por falta de medicamentos. Estamos buscando la manera para vivir, con este salario no compramos ni un cartón de huevos”.