Las calles de Barquisimeto se llenaron de fieles que saludaron a su patrona y dedicaron el día al culto religioso que marcó rigurosamente la jornada de este 14 de enero.

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Contra todo pronóstico y rompiendo barreras económicas, de transporte, de salud y de distancia, la procesión de la Divina Pastora en su recorrido 162, superó las expectativas para este año al lograr que más de dos millones y medio de personas se movilizaran y respondieran al llamado de la fe mariana.

Fue una fiesta religiosa en toda su expresión, no hubo tarimas musicales ni de bailes a lo largo de los 7.5 kilómetros de recorrido, tampoco vendedores ambulantes pues estos fueron colocados en las calles transversales, la ruta fue dedicada exclusivamente a la manifestación religiosa a la Bienaventuranza como fue llamada en esta oportunidad.

Cada estación colocada tenía un propósito piadoso en cuatro de ellas las pastorales dedicarían media hora para los Misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos y donde los fieles podrían participar.

Y los seguidores de la Excelsa Patrona cumplieron paso a paso el itinerario, imprimiéndole un fuerte carácter espiritual al recorrido. La intención este año, explicaron las autoridades eclesiásticas, era retomar la tradición, volver a las raíces que dieron inicio a la tradición de la procesión para retomar la fuerza de la fe y la esencia de su origen como fue la petición del padre Macario Yépez en 1856, quien ofreció su vida a cambio de que parara la epidemia de cólera que estaba diezmando a la población de Barquisimeto, milagro que se produjo, según señala la historia.

“Que viva la Divina Pastora y una Venezuela Libre”

A las 4: 45 de la mañana se inició la jornada de esta visita 162 de la Pastora a Barquisimeto con una misa de bendición, le siguieron tres más, una a las 6:00, otra a las 7:00 y la última a las 9:00 de la mañana que ofició el arzobispo de Barquisimeto, monseñor Antonio López Castillo, fuera ya de la iglesia y que marcó la salida de Santa Rosa.

Una homilía en presencia de una masa abrumadora de gente que colmó los espacios del pueblo y sus alrededores. Este año los rostros reflejaron preocupación, la mirada de muchos expresaba un desesperado llamado de ayuda a la patrona.

Había risas y alegría ante la presencia de la Divina Pastora pero se desprendía una fuerte necesidad de apoyo divino, en ese universo de gente reunida se respiraba la fe, la creencia religiosa y la convicción del milagro de una virgen.

El arzobispo de Barquisimeto; Antonio López Castillo en su intervención, reiteró una vez más su llamado a una justicia social: “líbranos del hambre- dijo-, de la corrupción, protege a quienes penan por falta de medicinas”.

Le pidió a la virgen que intercediera ante el Señor para que le diera al pueblo justicia, libertad, fortaleza, esperanza y armonía, así como paz, esa es nuestra súplica, agregó.

Las palabras de monseñor fueron recibidas con una ola de gritos de apoyo y aplausos, y ya al terminar la misa al momento de iniciar la salida de la Patrona del lugar la multitud en una sola voz exclamó: “que viva la Divina Pastora, que viva la Libertad”.

Milagros y promesas cumplidas

Durante el trayecto hasta la plaza Macario Yépez en donde las autoridades eclesiásticas reciben a la procesión a su entrada a la ciudad, las expresiones sobre promesas cumplidas milagros y peticiones se repetían una y otra vez.

Juana Colmenares llegó de Yaracuy a cumplir una promesa que le devolvió la vida a su madre. Gregorio Zambrano se salvó de la muerte porque sus hijas le pidieron a la Pastora que lo salvara.

Una niña de 6 años, tuvo problemas al nacer, su mama Carolina Ortega le prometió a la virgen que la traería vestida de pastora hasta los 15 años. Juan José Gutiérrez y su esposa han venido a pedirle a la virgen para que ayude a sus hijos a encontrar trabajo en el extranjero en donde ahora se encuentran. Mientras que Miriam Centeno le pide que proteja a los suyos y se los devuelva pronto porque también tuvieron que irse del país buscando mejores horizontes.

Como todos los años ninas y niños vestidos de pastorcitos recorrieron las calles, personas caminando descalzas, otros cargando cruces, otros de rodillas cumpliendo sus promesas.

Ya en la Plaza Macario Yépez la Orquesta Mavare recibió a la patrona con la composición del maestro larense Antonio Carrillo “Cuando llora una estrella”, interpretada por la barítono Cheita Quintana.

A las 2:00 de la tarde la procesión continuó su ruta hacia la avenida Venezuela, y cruzando a la altura de la avenida Morán se suscitó un impasse entre los feligreses y las autoridades militares que habían instalado una tarima en el lugar que contaba además con grupos musicales.

Las personas que acompañaban la procesión expresaron su molestia ya que la arquidiócesis había prohibido la instalación de tarimas musicales a lo largo del recorrido por lo que empezaron a interpretar himnos religiosos para contrarrestar la música.

A parecer los militares no prestaron atención y molestos los feligreses les empezaron a tirar mandarinas para desalojarlos del sitio, lo que lograron al poco tiempo.

A partir de allí la procesión se desarrolló con toda normalidad, a lo largo de la avenida Venezuela la gente aguardaba en los laterales de la avenida y en las inmediaciones de la Catedral en donde a las 6:00 de la tarde tuvo lugar la misa de cierre.

Tres días permanecerá la imagen de la virgen en la catedral y a partir de allí empezará su recorrido por las parroquias de Barquisimeto, hasta el mes de abril cuando cierra su visita y regresa a Santa Rosa.

Vía ElUniversal.com

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