Para la ex candidata independiente a la alcaldía de Baruta Griselda Reyes, es hora de que todos los venezolanos asuman su responsabilidad con la nación y no esperen a que llegue algún iluminado o mesías que trace la ruta a seguir para intentar sacar al país del foso en el cual estamos metido.
“Aprendamos de los errores cometidos. En 1998, Venezuela votó por un hombre que años atrás había intentado subvertir el orden constitucional para deponer a un presidente electo por el mandato popular. Hastiados de la injusticia y la corrupción, la mayoría escogió a Hugo Chávez, pensando que cambiaría el desacertado proceder de quienes formaban parte de los partidos tradicionales AD y Copei”, recordó la también empresaria de Baruta.
Al respecto, puntualizó que tras muchas “interpretaciones” de la Constitución Nacional vigente desde 1999, se instauró en Venezuela un sistema de gobierno indefinido, que se debatió entre la democracia y el socialismo para finalmente derivar en un régimen profundamente autoritario que impuso el populismo y todas las perversiones que conlleva: no acepta disidencia, castiga a quienes piensan distinto, atenta contra el aparato productivo, controla el acceso a las divisas y tiene como fin último dominar a un pueblo a través del hambre y la necesidad.
“En 20 años, Venezuela se convirtió en una fábrica de pobres, de gente que prácticamente perdió su condición de ciudadano y en una nación exportadora de recurso humano con una gran formación académica. Y aún a estas alturas, vemos cómo miles de nuestros connacionales sólo critican a través de redes sociales el proceder tanto de los funcionarios del gobierno como de las organizaciones políticas que conforman la MUD, porque no hacen algo al respecto”, precisó Reyes.
Reyes recomendó a todos los venezolanos hacer un examen de conciencia y evaluar qué puede hacer cada quien para enfrentar este 2018 lleno de incertidumbre. “No puede ser que, desesperados por la situación, un grupo apoye una infame propuesta de intervención militar extranjera, como si ello no implicara la pérdida de más vidas humanas. ¿Acaso no son suficientes los cientos de miles de venezolanos que en estos 20 años han caído a manos de la violencia criminal, de la represión policial y militar, del hambre y de la enfermedad?”, se cuestionó quien hasta el año aspiró a la alcaldía de Baruta.
Como empresaria, recomendó a cada venezolano, cada sector, sentarse y hacer un examen de conciencia, que cada quien determine cuáles son sus habilidades y aptitudes y hacia dónde quiere ir. Luego definir el esquema a seguir para poner en práctica dichos conocimientos en beneficio propio y del país.
“Hemos perdido la noción de ciudadanía. El venezolano cree que sólo tiene derechos que exigir, pero resulta que también tiene deberes consigo mismo, con su familia, con la sociedad y con el país. Un venezolano que no vota en un proceso electoral, mal puede quejarse del gobernante que tenga, llámese presidente, gobernador, alcalde, diputado a la Asamblea Nacional, al Consejo Legislativo o concejal. Entendemos que la abstención es un mecanismo de protesta, muy válido por demás, pero eso funciona en un país normal. Venezuela no es un país normal, de allí la importancia de retomar el concepto de ciudadanía, entendida como la condición que reconoce a una persona una serie de derechos políticos y sociales que le permiten intervenir en la política de su país o como el sentido de pertenencia que se tiene hacia la sociedad. Ciudadanos plenos y conscientes de sus responsabilidades serán los llamados a construir la Venezuela de libertades que queremos”, resaltó Griselda Reyes.
Finalmente, llamó a gobernantes y opositores a enseriarse, a dejar de lado los intereses mezquinos que tienen a millones de venezolanos sufriendo y a retomar la negociación que fue diferida para los días 11 y 12 de enero en República Dominicana. “Escuchen a todos los sectores, escuchen a un país que clama por justicia, por comida, por medicinas, por servicios públicos de calidad, por seguridad. Escuchen a un país que lleva meses manifestándose en las calles para exigir el cumplimiento de promesas, pero sobre todo, para que se garanticen derechos fundamentales como la alimentación, la salud y la seguridad. No olviden el dicho popular: amor con hambre no dura y nuestro país no aguanta más”. NP