La ilusión del obsequio en la Nochebuena no es solo de los niños que lo esperan con ansias sino también de los padres que procuran con mucho empeño, y hasta ilusión y alegría, satisfacer la demanda de los pequeños.
Sin embargo, parece que esta vez ni unos ni otros podrán disfrutar tal experiencia ya que la crisis económica se ha agudizado con consecuencias lapidarias en la importación y producción de nuevos juguetes. Y la muy comentada “hiperinflación” apaga cualquier luz de esperanza.
“Me llevé la sorpresa de que en una brecha de tres semanas, una misma juguetería había triplicado el precio de un juguete que había visto previamente”, verifica María Cristina Acevedo, mamá de un niño de tres años.
Lo mismo replica María Eugenia Moreira, madre de un niño de 8 años, al señalar que este año “está súper difícil, complicado, y vamos a tener que escoger, o cenamos, o hacemos los regalos, o compras los estrenos de ropa, o la bebida que se va a consumir en diciembre. Esta crisis ha afectado y hoy más que nunca la vivimos”.
La decepción y hasta angustia de los padres es más que evidente al expresar que tienen que decidir ya no sobre cuáles y cuántos regalos comprar, sino más bien en que forzosamente tienen que reenfocar el dinero para cubrir solo las necesidades más básicas: alimentos, ropa y calzado.
“No podemos pensar hoy en día en comprar un estreno, un juguete en Navidad porque estamos en una situación alarmante. Estamos asustados del qué va a pasar, o del qué nos va a terminar de pasar. No podemos con la situación del país, es angustiante porque nunca en la vida habíamos visto esto”
Yulai Caldera, madre de dos niños de siete y ochos años
La realidad en números
Actualmente, en Venezuela el sueldo mínimo y el pago de las pensiones del Seguro Social corresponde a 177.507,44 bolívares mensuales. En esta época, Por decreto presidencial, a los pensionados se les abona tres meses de aguinaldos y a los trabajadores públicos se les da cuatro meses por el mismo concepto.
En cuanto a la empresa privada, la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT) indica en su artículo 131 que el cálculo para tales depósitos se hace con base en el salario integral (excluye el bono de Alimentación -cestaticket-), teniendo como límite mínimo el equivalente al salario de treinta (30) días y como límite máximo el equivalente al salario de cuatro (4) meses.
Ahora bien, algunos números precisan la desazón de los adultos al buscar un regalo para sus hijos esta Navidad: un camión pequeño, de plástico, cuesta alrededor de 300 mil bolívares; si se trata de un triciclo, de plástico, para niños de 2 años a 5 años se puede conseguir entre 600 mil y 800 mil bolívares; los muñecos bebés costarán dependiendo de si traen o no accesorios, pero los valores van entre 500 mil y un millón 400 mil bolívares.
A las niñas más grandecitas les pueden gustar los jueguitos de cocina. Nuevamente, la cotización es diferente según la cantidad de «perolitos» que incluye, el tamaño y la calidad. Los hallará desde 800 mil bolívares. Si más bien opta por kits de maquillaje, el estuche más pequeñito, con dos colores cuesta 65 mil bolívares, y llegará a los 85 mil bolívares si trae otro color y un brillo para los labios.
Pero si se enamora de una muñeca Barbie original, la más sencilla por cierto, el precios es de un millón 200 mil bolívares (porque refleja todos los gastos implicados para su importación).
Para los varones, las imitaciones de robots, pero no los que están de moda, tamaño mediano, cuestan 107 mil bolívares; si el muñeco es de mejor calidad, refleja un personaje de moda y además es importado, se incrementa al millón de bolívares por unidad. Algo que está de moda, un “spinner”, va desde 60 hasta 250 mil bolívares dependiendo de si es cualquiera o uno alusivo a algún comics o marca de moda.
Y las bicicletas para los más grandes, independientemente del sexo, cuestan desde 2 millones de bolívares.
Jugueterías que dan ganas de llorar
Tienen cara de espanto y drama, y no están en una casa de terror sino en una juguetería. Así son las reacciones de los adultos que repiten casi a coro las razones: para la mayoría el asunto de los precios, otros mencionan la mala calidad de los productos sin dejar a un lado la mínima variedad.
“La semana pasada me metí en una juguetería para ver qué había y cuánto costaba. Primero no encontré nada y segundo lo que había era a un precio grosero”, relató Carlos Moreno, padre de un niño de 13 años y una niña de nueve. “Los juguetes ahora están de peor calidad, no duran lo que antes. Además de que cuestan 10 veces el precio de antes”, agregó.
A pesar de que quisimos conocer la posición y recomendaciones de la Cámara Venezolana del Juguete, Deporte y Recreación (Cavefaj), en ninguna de las ocasiones que solicitamos nos concedieran una entrevista fuimos atendidos.
Dependiendo de si es en un centro comercial o en un establecimiento de cualquier calle, en las jugueterías se hallan opciones, aunque no muchas, de juguetes nuevos; pero la verdad es que este año se nota mayor presencia de juguetes que les quedaron de temporadas anteriores, incluyendo algunos que tienen defectos pero que igual los ponen a la venta, solo al costo.
¿La razón? No hubo dólares para este sector comercial.
“El sector juguete necesita divisas, dólares, que debieron haberse hecho a mediados de año para hacerse las debidas importaciones que hacían anualmente, pero como no hay divisas lamentablemente serán una navidades sin juguetes para los niños”, afirmó Vito Vinceslao, segundo vicepresidente de Consecomercio, en entrevista en el programa En Sintonía que transmite Unión Radio.
“No tenemos producción nacional, todos los productos son prácticamente importados y de paso la importación ha bajado en más de un 70%, lo que quiere decir que los comerciantes nos estamos quedando, en los distintos comercios, sectores o rubros, sin productos que ofrecerle a la ciudadanía”, agregó.
Consecuencias de las que se quejan los compradores
“Fue un calvario para mí empezar a recorrer las jugueterías y darme cuenta de que no hay nada, están casi vacías y lo poco que hay está súper costoso. Un Superman de 15 centímetros cuesta 200 mil bolívares, una barbaridad”, comenta María Eugenia Moreira.
“Los regalos tecnológicos que se les hacían antes están incomprables, en las jugueterías no hay opciones y donde hay los precios parecen de broma; cinco millones un juguetico cuando hay que pensar que se podría gastar ese dinero en comida, zapatos”, señaló también Moreno.
Y lo de buscar por marcas quedó en el olvido
“Ves una muñeca preciosa, que al principio por el precio te parece ‘Ok’ dentro de lo que cabe, la tomas y después te percatas de que no es Barbie”, contó María Cristina Acevedo. Cree que las marcas de juguetes que otrora eran las que dominaban el mercado venezolano ya no llegan al país debido a los altos costos de su importación.
“Los juguetes como tal de marca, que suelen ser los que los niños pedían, sobre todo los de tecnología para los más grandes, creo que definitivamente ya no están disponibles en el país. Cualquier padre tiene que recurrir a comprarlos por Amazon o pedirle a alguien que viaje” fuera del país, afirmó también esta madre.
“Hasta el Niño Jesús y Santa tuvieron problemas con el transporte”
Precisamente, entre las opciones que manejan los adultos para poder hacerse con obsequios nuevos, o usados pero en buen estado para sus hijos, están comprarlos por plataformas de ventas por internet, nacionales o extranjeras; obtenerlos a través de quien viaje a otros países y se los pueda traer; comprarlos en los establecimientos de centros comerciales, calles o avenidas; aprovechar las ferias navideñas y preguntar en los puestos ambulantes.
“Este año vamos a tener que recurrir a eso. Justamente tengo unas amigas que están de viaje y aprovecharé que me los traigan”, contó Acevedo.
Hay que mencionar que también están los padres que este diciembre ante la imposibilidad de comprar un regalo a sus hijos echaron mano a su creatividad y, o bien hicieron sus propios obsequios, o decidieron organizar una velada novedosa de juegos en la Nochebuena.
“Usaremos otras estrategias como hacerles un compartir a los niños, prepararles unas bolsitas con golosinas, jugar con ellos. Estas Navidades serán para otra cosa, porque de verdad no podemos más”, dijo Yulai Caldera.
También están los que optaron por “contar una historia de Navidad adaptada a los tiempos que vive Venezuela”, de tal manera de no arrebatarle a los niños la magia y fe en esta celebración.
“Uno mismo comenzó a decirle desde junio que aquí en Venezuela el Niño Jesús también está mal, que no puede viajar hasta acá porque tiene restricciones o que San Nicolás están teniendo problemas con su trineo. Uno les busca la vuelta”, confesó Carlos Moreno sin dejar de agregar que de igual hará “las mil y una para poder regalarles algo cercano a lo que piden, a lo que les gusta”.
Buscar fuera de las tiendas
En sitios en la web como “Mercado Libre” se ofrecen juguetes -nuevos y usados- para todas las edades, de varón y niña. En este momento es en estas tiendas virtuales donde se haya variedad de marcas; productos tradicionales, modernos y tecnológicos; y a la moda según dictan la pauta la productoras cinematográficas y de televisión con sus grandes historias y personajes famosos, las casas matrices de juguetes o las grandes compañías tecnológicas de videojuegos.
Eso sí, los costos son iguales y mayores a los que se encuentran en los locales físicos, ya que casi todos los productos se rigen según como se cotiza el mercado de divisas.
Igualmente pueden visitarse las ferias navideñas, que, en locales privados o al aire libre, por estas semanas ya están activadas en casi todas las ciudades. Ahí también hay puestos con artículos para la diversión infantil aunque la realidad explicada sobre los altos precios volverá a repetirse.
Pegados a cualquier pared disponible en la calle, sobre un tapete o directamente sobre el piso, los vendedores ambulantes dejan ver mercancía que, sin indagar en su procedencia, puede sorprender por la calidad y variedad más que lo que se encuentra en la propia juguetería.
Juguetes para bebés, niños, niñas y, quizás, algo para los adolescentes pero que no busquen tecnología, todo eso seguramente habrá; pero no crea que por su condición de informalidad no le cobrarán tal cual como son los precios en los comercios.
Desde el Ejecutivo hacen “algo”
Consciente de las consecuencias que ha traído al país la crisis económica, el Gobierno Nacional repitió la fórmula estrenada el año pasado con la entrega de juguetes a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Fue así como el presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, anunció el 1 de noviembre en el consejo de ministros número 295 la existencia de un “CLAP navideño” con el cual garantizaba la distribución de juguetes, ingredientes para las hallacas y pernil para estas navidades.
Los juguetes para los niños están garantizados en diciembre, ya que “el Niño Jesús llega a los CLAP”, dijo, precisando que se trataba de 16 millones de juguetes disponibles, algo que se haría realidad a partir del primero de diciembre.
Repartiendo alegría con amor y solidaridad en Navidad
Este año, más que antes, las acciones solidarias para que todos los niños tengan un juguete en Navidad se observan por doquier. De empresas privadas, organizaciones no gubernamentales, instituciones públicas o sociedad civil en general se conocen los llamados a recolección de juguetes, nuevos o usados, para luego distribuirlos entre los que no tienen nada.
María Cristina Acevedo trabajaba en una entidad bancaria y refiere la tradición de que los empleados lleven un juguete para donar a niños de escasos recursos. “Hasta el año pasado todos podíamos llevar un juguete nuevo, este año seguramente va a cambiar la modalidad”, dice.
En días recientes fue al Centro Médico Docente la Trinidad y vio que están organizando un banco de juguetes.
“En el colegio donde estudia mi chamo hicieron un bazar de juguetes nuevos y usados. Sé que también están recogiendo ropa, alimentos y juguetes para armar unas cestas para los obreros del colegio”, dice por su lado María Eugenia Moreira.
En efecto, las instituciones educativas también se unen a estos propósitos, más notoriamente las católicas y privadas que hasta incluyen reuniones como “El abrazo en familia” para propiciar esta Navidad un reencuentro con los valores del agradecimiento, la solidaridad y el compartir.
La oportunidad de reinventarse, redescubrirse esta Navidad
A pesar de la carencia y del ajuste hacia lo más básico y necesario, esta Navidad en Venezuela propicia la reflexión acerca de qué hacer, por qué y para qué.
“Sin pretender justificar las razones que pueden trastocar lo que durante muchos años fueron las costumbres personales y tradiciones al celebrar la Navidad, quizás se descubra que esta es una muy buena oportunidad para rescatar el compartir, el perdonar, el encontrarse. Lo que pasa es que la comida, la bebida, los regalos se convirtieron en los protagonistas”, nos invita a reflexionar el educador, psicopedagogo y orientador familiar, Oscar Misle.
Alentando el regresar al verdadero sentido de la Navidad y la razón de su celebración en la religión católica-cristiana, este fundador y director de Cecodap (Centro Comunitario de Aprendizaje), invita a retomar el reencuentro con los seres queridos, el compartir en familia, y, si se cuenta con la posibilidad, hacer manualidades.
“Se pueden incentivar otro tipo de regalos que pueden ser marcalibros, tarjetas con mensajes bonitos, cada quien de acuerdo a sus habilidades puede retomar y hacer detalles que tienen muchos significados y un valor muy importante, afectivo, no material”.
Oscar Misle, educador, psicopedagogo y orientador familiar
Dice que también pueden leerse cuentos de Navidad en la Nochebuena, o ver películas de ese tipo y luego reflexionar en familia, y hasta proponer a los niños que hagan su propio cuento de Navidad.
Porque en este momento lo que más vale es reflexionar cómo un detalle puede ser muy valioso y llegar más que un regalo en el que se tiene que invertir dinero. Al fin y al cabo, la Navidad existe porque un niño muy amado nació en un humilde pesebre en Belén, y, rodeado de sus padres, una mula y un buey, llegó a llenar de esperanza y amor a toda la humanidad.