Caracas, 25 de noviembre.- Cada día, son más y más los venezolanos que quieren salir de su país. Las razones son muchas: inseguridad, crisis económica, escasez de comida y tranquilidad social.
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Según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 27.000 venezolanos solicitaron asilo en 2016 a nivel global, una cifra que de enero a junio de este año ya ha ascendido a 52.000. Asimismo, más de dos millones de venezolanos han dejado su país desde la irrupción del chavismo hace 18 años.
“El perfil del migrante venezolano ya no es clase media, se ha dado paso a flujos constituidos por diferentes niveles socioeconómicos, entre los que se posicionan con mayor grado de vulnerabilidad las y los individuos intersectados por la etnicidad y el género”, describió Alicia Moncada, responsable del trabajo en derechos económicos, sociales, culturales y ambientales para Amnistía Internacional Venezuela, la llamada “diáspora venezolana”.
Pero los que se atreven a dar este paso se encuentran con un camino lleno de espinas. No solo es dejar el entorno, los familiares, amigos. También es luchar contra obstáculos que a cualquiera lo pone a pensar dos veces en irse del país. La xenofobia, trámites legales, mafias y el costo de los pasajes son algunas de las trabas.
Xenofobia
La campaña de desprestigio contra los venezolanos se ha acentuado en los últimos dos años. Ciudadanos de algunos países como Panamá, Chile, Perú, y Colombia, entre otros, han manifestado su total rechazo. Marchas, ataques, insultos y programas burlistas son públicos y notorios.
Justamente hace un año en Panamá se realizó una marcha “anti venezolanos”. De hecho, este es uno de los países donde más está acentuada la xenofobia contra los ciudadanos de la nación petrolera. El motivo: los altos índices de delitos que éstos han generado en su país.
Recientemente, una joven venezolana fue herida gravemente en un acto de xenofobia por otra mujer de origen peruano en un autolavado ubicado en la ciudad de Lima. El hecho ocurrió en el autolavado Autoboutique Jhonsy Kar, ubicado en la capital peruana. La venezolana quedó con cicatrices en su rostro.
“Aquí por lo menos se siente mucha tensión. A veces uno trata muchísimo esconder el acento, porque se ha vuelto fuerte. Yo tengo ya tres años trabajando y no se me ha hecho nada fácil. Tengo conocidos que no han conseguido en qué trabajar simplemente por ser venezolanos”, dijo a esta redacción Surelys, de Maracay estado Aragua que se fue a vivir a Panamá con su esposo.
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A su consideración también se debe a que, a pesar de los casos de delitos que han protagonizado sus compatriotas, muchos de los venezolanos que están en ese país son preparados laboralmente y logran destacarse rápidamente en un puesto de trabajo.
El pasado lunes 6, un grupo de venezolano denunció que fueron deportados “en un acto de xenofobia” al pisar suelo en República Dominicana. Al arribar a ese país, personal del aeropuerto les pidieron 30 dólares por el impuesto de entrada y les ordenaron abordar nuevamente el vuelo hacia Caracas. “Llegamos a República Dominicana y nos dijeron que no estábamos admitidos y nos hicieron pagar el impuesto de entrada cuando nunca entramos al país (…) Nos dijeron que nos regresáramos al avión, preguntamos por qué y nos dijeron que no cumplíamos con los requisitos”, dijo la venezolana afectada. Sin embargo, este episodio fue desmentido por migración dominicana.
Pero una fuente consultada por El Cooperante que reside desde hace dos años en Punta Cana y que prefirió no ser identificada, aseguró que la situación para los venezolanos “está ruda”. “Regresan a los venezolanos, La gente llora y grita, pero a los policías le interesan son los dólares. Aquí cada día llegan más venezolanos, algunos tienen suerte porque no les preguntan nada, pero ahora aquí hay que mostrar 500 dólares para entrar, es injusto”, contó la joven de 28 años que no está legal en dicha nación y que cada tres o cuatro meses tiene que cambiar de trabajo porque no tiene papeles.
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Ahora con visa
Panamá: Ahora los venezolanos que viajen a ese país necesitarán una visa estampada para poder ingresar a su territorio. La medida se comenzó a aplicar a partir del 1° de octubre. “La situación de Venezuela ha provocado la migración de miles de personas que buscan un mejor futuro para ellos y sus familias. La ruptura del Orden Democrático en Venezuela pone en riesgo nuestra seguridad, economía y fuentes de empleo de los panameños”, aseguró el presidente Juan Carlos Varela sobre la decisión.
Varela aseguró que las medidas se mantendrán hasta que Venezuela “recupere el orden democrático y se respeten los derechos humanos en el país”.
Honduras: A partir de este 19 de noviembre el país centroamericano exigirá una “visa consultiva” a venezolanos que decidan visitar su país. La medida parte de un “principio de reciprocidad”, ya que el gobierno venezolano también exige a hondureños un permiso de ingreso a Venezuela.
El documento es de aplicación inmediata y se solicitará ante la Secretaría General del Instituto Nacional de Migración de Honduras. Entre los recaudos está un “acta de responsabilidad”, una copia fotostática autenticada del documento de identidad o carné de residencia en Honduras; y otra apostillada del pasaporte de la persona para quien se solicita la visa de ingreso, un certificado médico autenticado, emitido en el país de origen, y otro de antecedentes policiales y penales.
Estados Unidos: La meta de muchos. No solo de venezolanos, sin embargo para éstos, ahora viajar es imposible. Desde agosto del presente año, la potencia americana limitó el otorgamiento de visas a ciudadanos venezolanos. A pesar de estas restricciones, en el portal no fue bloqueada la opción para esta petición. Pero vale recordar que las citas para los nuevos solicitantes de visas de negocios o turismo se encuentran suspendidas desde el 18 de mayo de 2016.
Los pasajes, otro dolor de cabeza
Una nota de El Nacional publicada hace días reseñó que, debido a la situación económica de Venezuela ha afectado los costos de los boletos aéreos para los diferentes destinos internacionales desde Maiquetía. Las personas que deseen viajar a Argentina, por ejemplo, deberán pagar USD 1.825.
El boleto para Lima se ubicó en USD 1.529; Guayaquil, USD 1.426; Miami, USD 1.683; y Bogotá cotizó en USD 1.243. Un pasaje aéreo equivale a más de 213 sueldos mínimos, es decir, 17 años de trabajo.
La “matraca”
La mayoría de los venezolanos que emigran son jóvenes. Muchos recién graduados, esperando título. Sin embargo, el apostillar un documento se ha convertido en un tropiezo que puede durar meses.
Algunos optan por emigrar de una vez y que sus familiares agilicen el proceso, otros lo hacen a través de agentes que, en muchos casos, terminan siendo estafadores.
En las redes sociales abundan los avisos. “Sacamos tu apostillado“. El pago se hace en dólares para quienes ya están afuera. Depende del documento, varía entre los 50 y 100 dólares.
“La cita me salió tres veces y la muchacha me decía que primero le depositara los 100 dólares o no iba a terminar con el papeleo. Que necesitaba ese dinero para moverse dentro del registro”, contó nuestra fuente residenciada en Dominicana.
La agente jamás volvió a aparecer. Una de las excusas que le dijo es que los registros habían sido tomados por efectivos del Sebín y que la “situación estaba fea”. La venezolana no supo más nada de la persona que se encargaría de tramitarle su carta de antecedentes penales apostillada.
En un segundo intento sí tuvo suerte. Nuevamente se arriesgó. Consiguió un escritorio jurídico en el centro de Caracas que le tramitó el documento por 50 dólares y se lo envió. Ahora, estar terminando de preparar la carpeta con todos los recaudos que solicitan en República Dominicana para obtener un permiso de trabajo y luego optar por la residencia.
Como este caso, hay millones. Venezolanos desplazados en el mundo en busca de una oportunidad para obtener calidad de vida que su país natal no le ofreció.