La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) enfrenta el jueves un pago por unos 1.200 millones de dólares por el vencimiento de uno de sus títulos, el último compromiso más pesado del año que pone a prueba al gobierno socialista en medio de una severa crisis económica.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro ha aplicado severos recortes a las importaciones de bienes como medicinas, en medio de la merma de sus ingresos petroleros, para cumplir con la concentración de pagos por servicio de deuda externa del país y su principal empresa.
Los inversionistas en el mercado internacional se mostraban optimistas, luego de que la petrolera cumplió con la amortización de unos 842 millones de dólares hace pocos días, en un proceso que por primera vez tuvo una demora inusual.
Los tenedores de su bono al 2020 debieron esperar cuatro días para recibir en sus cuentas el efectivo que PDVSA dijo el viernes giró al banco JPMorgan con el objetivo de cumplir sin dilación el pago del capital y evitar así un incumplimiento.
PDVSA y el gobierno venezolano prefirieron en cambio retrasar la cancelación de los intereses de sus títulos desde inicios de octubre, aprovechando que cuentan con 30 días de gracia, pero la medida refleja lo cuesta arriba que se ha hecho para el país petrolero cubrir la seguidilla de compromisos.
Venezuela acumula unos 750 millones de dólares en intereses pendientes de pago en menos de cuatro semanas, tras abonar con demora 41 millones de dólares por los intereses del bono de PDVSA que vence en 2037.
Los pesados pagos de octubre y noviembre se gestionan por primera vez bajo las sanciones financieras que impuso Estados Unidos, por lo que las instituciones financieras de ese país deben cumplir protocolos que obstaculizan las transacciones bancarias del gobierno y sus entes, dijeron fuentes del mercado.
El jueves PDVSA debe abonar sin dilación unos 1.120 millones de dólares en capital a inversionistas de unos de sus papeles que vence y otros 48 millones de dólares en intereses.