Caracas, 20 de noviembre.- Atrás quedó esa imagen de que el Metro de Caracas era “la gran solución” para los ciudadanos que hacen uso del sistema para trasladarse diariamente. Aunque años atrás era considerado uno de los mejores servicios del mundo, actualmente los usuarios deben enfrentar una realidad que se ha intensificado con el pasar de los años, como la inseguridad y el deterioro, tanto del servicio como de la flota de trenes y las instalaciones que conforman el subterrneo.
En las últimas semanas se han intensificado los retrasos en cada una de sus líneas, sobre todo en las línea 2 y 4, las cuales cubren la ruta Las Adjuntas/Zoológico – El Silencio y Capuchinos Zona Rental, respectivamente. Los usuarios han denunciado los constantes abusos y el desmejoramiento. En torno a ello, existen algunas variables que apuntan directamente a que esto suceda, con declaraciones recogidas por El Cooperante, mencionamos cada una de ellas a continuación:
Provocado por los trabajadores
Un trabajador del Metro de Caracas que pidió ser no identificado, declaró para este medio que uno de los motivos por los que se presentan fuertes retrasos en el sistema es porque “tienen hambre”. Señaló que ellos mismos en algunas ocasiones causan retrasos para presionar a sus superiores y conseguir mejoras en el contrato colectivo.
Ricardo Sansone, extrabajador de la empresa estatal y miembro de la organización Familia Metro, conformada por extrabajadores del sistema, dijo a El Cooperante que en el último contrato colectivo firmado hubo una reducción “injusta” de las cláusulas principalmente económicas y de bienestar social, una de ellas es que “prácticamente” no se movió el tabulador salarial y quedó rezagado ante la inflación que azota al país.
Afirmó que los aumentos establecidos en el contrato fueron “muy pequeños”, a lo que se le sumó “la gran pérdida” del seguro HCM, “que era un beneficio importante que cubría ampliamente al personal y ahorita es un seguro muy exiguo”. Confirmó que “hay una angustia” en los trabajadores porque no hay una ganancia verdadera. “Entonces si tú ves que ese sueldo no está realmente valorado, no vale la pena trabajar un sábado, un 24 de diciembre o un 31”, agregó.