Tagle (Manila, 1957) representa al gran país católico de Asia, Filipinas, el tercero del planeta con un mayor número de bautizados en comunión con Roma, más de 80 millones de almas, una realidad que concede al purpurado un evidente peso entre sus colegas.

Sin embargo en 2019 dejó la inmensa diócesis de Manila, con más de tres millones de fieles, para viajar a Roma y ponerse a las órdenes de Francisco en la Curia Romana.

De orígenes aristocráticos y antepasados españoles, Tagle vivió su infancia en la ciudad de Imus y, tres años después de ordenarse sacerdote el 27 de febrero de 1982 se mudó a Estados Unidos para doctorarse ‘summa cum laude’ en Teología en Washington.

Después regresó a su país pero pronto sus dotes intelectuales y oratorias le abrieron las puertas de la Santa Sede: en 1997 Juan Pablo II le designó miembro de la Comisión Teológica Internacional, ente de la poderosa Congregación de la Doctrina de la Fe.

Un lustro después, en 2001, llegaría su ordenación episcopal como obispo de Imus y en 2011 Benedicto XVI le ascendió como influyente arzobispo de Manila.

El papa alemán también le nombró cardenal en noviembre de 2012, en su último consistorio antes de su histórica renuncia, pero Tagle mantuvo su carrera ascendente en la era de Francisco, mostrándose afín a su magisterio basado en la solidaridad y la acogida.

Conocido como el ‘Bergoglio asiático’, su rol en la Curia comenzó en 2019 como prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, mientras que entre 2015 y 2022 ostentó también la presidencia de ‘Caritas Internationalis’.

En sus intervenciones públicas se ha mostrado muy duro con el aborto, las prácticas anticonceptivas o los abusos por parte del clero, así como con la posición intransigente que la iglesia ha mostrado tradicionalmente con los homosexuales o los divorciados.

En 2015, en una entrevista a ‘The Telegraph’, reconoció que la posición “dura” y “severa” del clero católico hacia homosexuales o, por ejemplo, madres solteras, había causado “un daño duradero”.

Luis Antonio Tagle en una Santa Misa en la iglesia de San Ambrosio, celebrada en el marco de la Jornada de Cáritas para la Expo 2015 en Milán, Italia, el 18 de mayo de 2015 (publicado el 22 de abril de 2025). Los nombres de los posibles sucesores papales (papabili) que han estado circulando son: el cardenal secretario de Estado de la Ciudad del Vaticano, Pietro Parolin; el arzobispo de Bolonia, Matteo M. Zuppi; el patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa; el cardenal húngaro, Peter Erdö; el prelado francés, Jean-Marc Aveline; el prelado neerlandés, Willem J. Eijk; el prelado filipino, Luis Tagle; el prelado congoleño, Fridolin Ambongo Besungu; y el arzobispo brasileño, Leonardo Ulrich Steiner. (Papa, Cardenal, Italia, Jerusalén) EFE/EPA/MOURAD BALTI

 

El cardenal también está muy atento a la comunicación y, por ende, a los nuevos medios y redes sociales, siendo frecuentes sus apariciones en la televisión nacional filipina.

Estos días, de hecho, los vehementes llamamientos de Tagle contra los sistemas basados en la codicia y la explotación resuenan en redes sociales como Tiktok, sobre todo su discurso en el Congreso Eucarístico Internacional de la ciudad canadiense de Quebec en 2008.

“¿Cuántos trabajadores verán negado un salario digno sacrificado al dios del beneficio? ¿Cuántas mujeres serán sacrificadas al dios de la dominación? ¿Cuántos niños están siendo sacrificados al dios de la lujuria? ¿Cuántos árboles, ríos o colinas están siendo sacrificados al dios del progreso? ¿Cuántos pobres son sacrificados al dios de la codicia?”, preguntaba ante el público.

Pero el cardenal Tagle sobre todo encarna el interés de la iglesia moderna en la joven Asia, a la que Francisco, como buen jesuita, dio gran importancia (uno de sus últimos viajes, el más largo, fue a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur).

Asia y Oceanía son un territorio joven y fértil donde la fe crece cada año, frente a la tendencia negativa de las más secularizadas Europa y Norteamérica.

Tal es así que, según un informe anual de la Agencia Fides, de los misioneros, los católicos asiáticos aumentaron en 889.000, mientras que los de Oceanía en 123.000. Es la tercera región más próspera para el Vaticano, por detrás de África y todo el continente americano. EFE

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