La Administración Trump invocó una norma de 1798, la ley de Enemigos Extranjeros, para enviar el pasado 15 de marzo a la prisión de máxima seguridad de El Salvador a 238 venezolanos y 23 salvadoreños, entre ellos Ábrego García, a pesar de que este último contaba con una orden judicial que lo protegía de la deportación y, posteriormente, el Supremo estadounidense ordenó su regreso.

Ábrego García “ha regresado a su país de origen, donde enfrentará las consecuencias por su afiliación a una pandilla y su participación en la trata de personas. No entiendo qué es tan difícil de entender para los medios de comunicación. Es terrible, verdaderamente terrible, que se haya dedicado tanto tiempo a cubrir a este presunto traficante de personas y a este pandillero”, criticó Leavitt.

En la reunión que mantuvieron la víspera en la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, dejaron en claro que no tienen intención de facilitar el regreso de Ábrego García a territorio estadounidense.

Desde el gabinete de Trump se subrayó que Ábrego García es ciudadano salvadoreño y que sería muy “arrogante” decirle a El Salvador qué debe hacer con sus nacionales, mientras que Bukele sostuvo que aunque tiene competencias para excarcelarlo, no lo hará porque en su país no les “gusta mucho liberar a terroristas”.

EFE

 

 

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