Se piensa que la creencia de los 10.000 pasos por día surgió en la década de los sesenta debido a que una empresa en japon   sacó al mercado un podómetro -dispositivo electrónico o electromecánico, generalmente portátil que cuenta cada paso que realiza una persona- llamado “Mampo Kei”, que traducido al español significa literalmente “medidor de 10.000 pasos”. En el país del sol naciente, el kanji -caracteres utilizados en la escritura del idioma japonés- 10.000 (万), imita la figura de un hombre caminando, por lo que a la compañía le sirvió como estrategia publicitaria para instalar socialmente que la cantidad de pasos diarios para mantenerse bien eran 10.000.

Desde entonces, la mayoría de dispositivos inteligentes ha establecido ese número como meta diaria por lograr; a la vez que ciertos profesionales, influencers “fit” en las redes sociales, programas de televisión y revistas, también promulgan la cifra.

Con el paso del tiempo, aquel número se convirtió en objeto de estudio científico y en informes se llegó a la conclusión de que alcanzar esa cantidad de pasos se asociaba con una reducción del riesgo de enfermedades crónicas y una mejor calidad de vida. Sin embargo, investigaciones más recientes desafían esta noción y han demostrado que una menor cantidad de pasos diarios es suficiente para disminuir el riesgo de mortalidad y mantenerse saludable.