Por Pedro Mosqueda

Entre 2015 y 2019, Vladimir Zelenskiy fue el protagonista de los 51 episodios de una exitosa comedia llamada “El Servidor del Pueblo” en la que un maestro de escuela termina siendo Presidente de Ucrania, una especie de héroe accidental, como Peter Sellers en “Desde el Jardín” de 1979, un tonto sabio y valiente, como Forrest Gump.

Que el destino lo haya puesto a dirigir la nación en el aciago momento en que el loco Putin invade su país y amenaza al resto del mundo con sus armas nucleares, es parte de un guión que el mejor guionista de todos (Dios, el Creador) ha preparado para la memoria y la honra de este buen Presidente, y para la dignidad de los ucranianos y los hombres y mujeres de paz de todo el mundo.

Todo comenzó como un juego, un “vamos a ver qué pasa…” y los productores de la miniserie, viendo el calado que tenían el actor y el personaje entre la población, pues decidieron financiar la creación de su partido, y su campaña electoral. Es como si Renny Ottolina se hubiera podido lanzar, o el Conde del Guácharo hubiera ganado, mutatis mutandis.

Pues sí, Zelenski ganó abrumadoramente la segunda vuelta con más del 70% de los votos, y se convirtió en Presidente. El error de Putin fue subestimarlo en su estatura moral y política, y subestimar al resto de las naciones en su vocación mundial por la paz. “¡Ese es un comediante pendejo, un payaso, ese no muerde!”

Claro, como Zelenskiy no viene de la vieja política, no negocia, no ha mandado a envenenar o a tirotear opositores como Putin, pues éste pensó que se topaba con un pusilánime. Craso error. Puede tener sus lunares, eso no lo sabemos, Ucrania nos es muy lejana, pero de que no es un asesino milmillonario como Putin, eso se le nota en el suéter, ese clase media que usa, y en sus llamados a sus compatriotas, a los rusos del otro lado de la frontera, a los justos de las naciones, empleando su celular, desde una plaza cualquiera en Kiev. Y justamente por eso, ahora es el héroe de la humanidad.

Sí, Putin se ha dado un tiro en una pata, creyó que Europa y Occidente iban a dejar solo a Zelenskiy y a Ucrania, y nunca que les iban a mandar armas, que le iban a cortar a Rusia la compra de gas por Alemania, y que les iban a bloquear las transacciones bancarias.

¿Cómo salirse de ese atolladero? Como cualquier matón y secuestrador: “¡Voy a volar a los rehenes! ¡Voy a usar mis armas nucleares!”

¿Contra quién? ¿Contra la OTAN? Él sabe muy bien que no…

Toda guerra es una desgracia humana, por las víctimas y los daños colaterales. Pero a veces dejan una que otra cosa buena. Putin está acorralado, mientras más se aventure en la guerra, más resistirán los ucranianos, más apoyo tendrán de Europa Occidental y la OTAN, y más corre el riesgo Putin de que la gota de Polonio radiactivo se la pongan a él en el tecito o el vodka, tal y como mandó a hacer con sus ex espías en Londres. A mi edad, he visto caer el Muro de Berlín, la URSS, a Hussein, a Kadafi. Y como decía un amigo mío empresario millonario, “Yo a mis amigos los acompaño a la tumba, pero no me entierro con ellos.” No creo que la cleptocracia de Rusia se inmole por Putin, entre mafiosos te veas. Puede ser más fácil deponerlo, entregarlo, traicionarlo, para sobrevivir. Es la comedia humana.

En cuanto al comediante Zelenskiy, pues es otra ganancia para la Humanidad que viene de Europa Oriental, como en su momento lo fueron Vaclav Havel, Lech Walesa y Juan Pablo II.

No puedes poner a un policía matón a conducir una nación con armas nucleares. Sus discursos y jusficaciones van a ser tan estúpidos, tan de ignorante, que se van a reir en todo el mundo, y simplemente van a desconectar a Rusia TV.

Lo peor que pudo decirle un asesor borracho de esos gordos de la KGB, es que acusara a Zelenskiy de querer instauran una Ucrania nazi. El tipo no se molestó en averiguar que Zelenskiy es judío. Ese asesor gordo ya debe yacer 3 metros bajo tierra, o debe estar en el fondo del rio Moskova, como una estatua, con los pies dentro de un molde de cemento.

Pues se han despartado las naciones del mundo, se han dado cuenta de que no pueden permanecer indiferentes, y tanto Putin como sus aliados (Miraflores incluido) en este momento necesitan con urgencia Loperam.

Que vivan los poetas, los comediantes, los hombre de bien, y que Dios proteja a Vladimir Zelenskiy.

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