La pandemia del nuevo coronavirus, que ha dejado más de 7.800 muertos, avanza inexorablemente, cerrando a su paso fronteras, como en Europa, paralizando la vida de millones de personas y dejando la economía al borde de la recesión en un contexto de gran incertidumbre.
«Todos los países, sin excepción, deben tomar las medidas más audaces posibles para parar o frenar la amenaza del virus», dijo este martes Hans Kluge, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un llamado a Europa, actual epicentro de la pandemia
Francia siguió este martes los pasos de España e Italia y, desde el mediodía, sus 67 millones de habitantes están sujetos a un confinamiento generalizado en un contexto de «guerra» contra el COVID-19, en palabras de su presidente Emmanuel Macron.
En las grandes ciudades, la vida parece haberse suspendido. No hay ruidos, las calles están casi desiertas, salvo las filas en los supermercados, las farmacias o las panaderías. La desconfianza y el miedo flotan en el ambiente.
«Me siento un poco ansiosa ante la idea de tener que quedarme en casa 15 días, Vivo sola en un pequeño apartamento», dice Caroline, una funcionaria de 40 años, mientras regresa a su casa de París tras hacer unas compras en el supermercado.
La pandemia, que se inició en China en diciembre, ha costado ya la vida a 7.813 personas y ha infectado a unas 190.000, según un balance de la AFP. Después de China continental, Europa es el continente más afectado, con Italia a la cabeza.
Y el balance puede aumentar. El Reino Unido consideró el martes «razonable» estimar el número de infectados en el país en unos 55.000 actualmente, frente a los 1.950 confirmados, y consideró que 20.000 muertos o menos sería un «buen resultado» final.
En España, donde se decretó el sábado el confinamiento casi general, el responsable de emergencias sanitarias, Fernando Simón, habló de una leve «ralentización», pese a que los contagios aumentaron en casi 2.000 en tan solo 24 horas y llegaron a 11.178. Los decesos en el país ya rozan los 500.
Aunque lejos de la situación en Europa (más de 60.000 contagios y de 2.700 muertos) o en China continental (80.881, 3.226), los países de América Latina, con unos 1.000 contagios y una decena de muertos, empezaron a tomar medidas similares de cierres de fronteras y restricción a la entrada de viajeros.
En Venezuela, el presidente Nicolás Maduro ha decretado una «cuarentena total» del país. En Brasil, que registró este martes su primer deceso, los habitantes de Río de Janeiro y Sao Paulo se encuentran en estado de emergencia, una medida criticada por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
– «Es una locura» –
Para la OMS, que llamó a no escatimar en pruebas de detección porque «nadie puede combatir un incendio con los ojos vendados», esta es «la crisis sanitaria mundial que definirá nuestro tiempo».
Sus efectos económicos son cada vez más visibles, especialmente en el sector del turismo y el transporte.
De Bélgica a Francia, pasando por España, las imágenes se repiten. Estanterías de pasta, arroz, papel higiénico o pañuelos de papel completamente vacías en los supermercados. «Es una locura», suspira un jefe de sección en París, que prefiere no revelar su nombre.
El fantasma de la recesión planea sobre la economía, años después del crash financiero de 2008. El presidente estadounidense, Donald Trump, considera «posible» este escenario en su país, al igual que la Comisión Europea en el conjunto de la UE.
Estados Unidos anunció nuevas medidas para mitigar el impacto como enviar cheques de ayuda a los ciudadanos afectados o «un plan de reactivación económica muy importante», en boca del secretario del Tesoro Steven Mnuchin, que podría alcanzar los 850.000 millones de dólares, según la prensa.
La Reserva Federal de Nueva York anunció además una nueva inyección masiva de 500.000 millones de dólares en el mercado monetario, que acabó de impulsar a los índices de Wall Street y, de rebote, a los parqués europeos, que cerraron en alza.
Los gobiernos multiplican también sus anuncios millonarios para proteger empresas y empleos. España adoptó una línea pública de préstamos a empresas de hasta 110.000 millones de dólares, un monto que se eleva a 400.000 millones en el Reino Unido.
Francia no descartó nacionalizar empresas. El gobierno de Italia, el segundo país más afectado en el mundo por el virus con 2.503 muertos y 31.506 contagios, prevé nacionalizar la aerolínea Alitalia, en grandes dificultades desde hace años.
De Chile a Lourdes, sin fútbol –
Más allá de la economía, el COVID-19 golpea también a la política: el gobierno polaco estuvo en cuarentena hasta los tests dieron negativo. En el frente cultural, cerraron cines, museos y universidades en grandes ciudades, y hasta el deporte, con el aplazamiento de Roland Garros a septiembre.
Las elecciones primarias en Estados Unidos se postergaron en varios Estados, como Ohio. Los franceses escogerán a sus últimos alcaldes en junio, tras una controvertida primera vuelta el pasado domingo.
Y, a orillas del Pacífico, el avance del coronavirus en Chile, con 156 casos, podría obligar a postergar el referéndum del 26 de abril sobre la reforma de la Constitución, considerado clave para frenar la protesta social.
En el terreno deportivo, tanto Europa como Sudamérica aplazaron sus respectivos campeonatos continentales de selecciones de fútbol a 2021. El COI rechaza, por su parte, pronunciarse sobre una anulación de los Juegos Olímpicos de Tokio en julio.
La religión tampoco se libra de la crisis. El santuario de Lourdes, en el sur de Francia, que atrae cada año a millones de peregrinos católicos, también cerró sus puertas el martes «por primera vez en su historia».
Y la diplomacia tampoco sale indemne. Las autoridades de Pekín protestaron después que Trump calificara el COVID-19 de «virus chino», una apelación en la que se reafirmó pese a las protestas chinas.
Mientras la epidemia avanza, científicos de todo el mundo libran una carrera contrarreloj para hallar un remedio y dar una buena noticia al mundo. La titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, confió en que un laboratorio alemán logre una vacuna para el «otoño» boreal.
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