Un hombre ayuda a su pareja, con esclerosis múltiple, a acabar con su vida y se convierte en el primer detenido por ese motivo. Varios expertos critican el arresto.

Ángel Hernández ha dado un paso inédito en la lucha por la eutanasia en España. Ha grabado un vídeo de dureza extraordinaria en el que acerca el vaso con la pajita a su mujer, María José Carrasco, para acabar con su vida, tal y como ella había pedido tantas veces. Y ha querido que ese documento estremecedor salga a luz para que todo el mundo vea «el sufrimiento y el abandono» por el que estaba pasando la pareja. Así lo aseguró este jueves su abogada, Olatz Alberdi, quien contó que el hombre se autoinculpó de inmediato ante los médicos que acudieron a la casa cuando él los llamó. «Siempre ha dicho que no iba a hacerlo de forma encubierta, que quería darle luz al tema».

Ángel Hernández pasó la noche del miércoles en un calabozo de una comisaría de Madrid y este jueves ha prestado declaración ante el juez, antes de poder volver a casa tras ser puesto en libertad sin medidas cautelares. «A ver si así puede empezar el duelo, que está hecho polvo», afirmó Alberdi.

No ha sido el único que ha tenido que acudir a ayudas clandestinas ante la negativa del aaEstado a proporcionar una muerte digna para un paciente irremediablemente abocado a una muerte pronta e inmerso en un sufrimiento diario. Pero desde Ramón Sampedro, el tetrpléjico gallego que se suicidó en 1998 con la ayuda de una amiga, ningún caso ha cobrado tanta fuerza mediática.

María José Carrasco padecía desde hacía 30 años una esclerosis múltiple. En octubre pasado concedió una entrevista a El PAÍS donde declaraba su inequívoca voluntad de acabar con su vida. Hablar le era ya muy difícil, al borde de la asfixia. Y también tragaba con dificultad debido a la atrofia que iba invadiendo su cuerpo. «Él no tiene miedo, pero yo sí», decía entonces. Se refería a lo que le podía pasar a su marido si la ayudaba. Quién sabe lo que ha pasado en ese domicilio madrileño desde entonces, pero el miércoles, Hernández venció al miedo y le preparó la medicación definitiva. Le pregunta a su mujer en el vídeo si quiere morir como le ha dicho otras veces y ella responde que sí con la cabeza. Él le propone hacerlo al día siguiente: «Cuanto antes», dice ella sacando fuerzas de su cuerpo de trapo.

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