Luego de que el tiempo comenzara a mejorar y disminuyera el número de apagones, miembros de la Guardia Nacional hicieron el miércoles un recorrido puerta por puerta en partes de Buffalo, en el estado de Nueva York, para verificar que la situación de las personas que se quedaron sin energía eléctrica por la tormenta invernal más letal en el área en décadas.
Más de 600 efectivos de la Guardia Nacional fueron despachados. “Tememos que haya individuos que podrían haber perecido, que vivían solos, o personas que no la estén pasando bien”, dijo Mark Poloncarz, ejecutivo del condado Erie, donde está Buffalo.
Hasta el miércoles se habían reportado más de 37 fallecimientos en el oeste del estado de Nueva York a consecuencia de la tempestad que desde el viernes azotó gran parte del país, incluido Buffalo.
Del total de fallecidos, 17 fueron encontrados en la calle, nueve murieron por la falta de calefacción, cuatro fueron hallados dentro de vehículos, otros cuatro murieron por problemas cardíacos y en tres casos el servicio de emergencias médicas no pudo llegar a tiempo.
Muchas muertes se registraron el viernes 23 de diciembre, un día de pago crítico para muchas personas que viven al día, tomando en cuenta que el 27% de la población de la ciudad vive en la pobreza, de acuerdo con un reporte del diario The Washington Post.
Numerosas familias pueden haber planeado comprar regalos, alimentos o suministros antes de una Navidad especialmente fría, con valores muy por debajo de cero y sensación térmica aún más baja.
Poloncarz dijo que hay «varios cuerpos no identificados» y ofreció su «más sentido pésame y condolencias a todos los que han perdido a un ser querido a causa de esta terrible tormenta».
Mientras tanto, las autoridades de la zona continúan las labores de reparación y retirada de nieve, sobre todo en el municipio de Buffalo. Este jueves el condado levantó la prohibición de circular con vehículos.
La policía de esta ciudad explicó que 450 máquinas trabajanban en la limpieza de las calles y el alcalde, Byron Brown, anunció la apertura de once líneas de autobús, así como del tren.
Brown también explicó que de los más de 100,000 hogares que se quedaron sin electricidad por la tempestad seguía habiendo 500 casas que no sin haber recuperado la energía.
Poloncarz subrayó que han sido abiertos varios centros donde se ofrece comida a las personas que no puedan desplazarse hasta las tiendas.
Estas son las historias de algunas de las víctimas mortales:
Monique Alexander, 52 años
El día de Navidad, mientras se avecinaba la tormenta que dejaría algunas zonas del oeste de Nueva York bajo más de 50 pulgadas de nieve, Casey Maccarone veía cómo llegaban notificaciones en Facebook sobre cierres de tiendas, según contó a la CNN.
A pesar de ello, su madre Monique Alexander quería salir, supone Casey, para llegar a las tiendas antes de que cerraran.
Así que se marchó sin mencionar adónde se dirigía. «Nunca dijo dónde iba, solo que volvería enseguida», dijo Casey.
Pero no regresó. Su cuerpo fue descubierto a pocos metros de la casa, enterrado en la nieve. Monique Alexander, de 52 años, se dedicaba a cuidar de sus tres nietos, dijo su hija citada por ABC News.
«Mi madre era la roca de nuestra familia», dijo Maccarone en un comunicado.
«Podías contar con ella para cualquier cosa, era la cuidadora cada vez que alguien lo necesitaba», dijo. «Durante las vacaciones incluso cocinaba para vecinos o desconocidos que sabía que no tenían familia, porque se preocupaba tanto».
Carolyn Eubanks, 63 años
Carolyn Eubanks, una mujer de 63 años que utilizaba una máquina de oxígeno para respirar, se desplomó tras quedarse sin energía eléctrica en su casa de Buffalo en un momento en que los rescatistas no podían responder a las llamadas telefónicas, le dijo su hijo Antwaine Parker al periódico The Buffalo News.
“Me dijo ‘Ya no puedo seguir’ y yo le respondí: ‘Mamá, sólo ponte de pie’. Cayó en mis brazos y no dijo una palabra más”, le dijo Parker al diario.
Parker y su medio hermano tocaron en las casas de los vecinos en busca de ayuda. La hallaron cuando un desconocido, David Purdy, respondió a su llamado y les ayudó a cargar a Eubanks hasta el interior de su vivienda e intentó en vano reanimarla. Purdy y su prometida custodiaron el cuerpo hasta que los rescatistas llegaron al día siguiente.
“Lo hice con el mayor respeto que pude”, le dijo Purdy a The Buffalo News.
William Clay, 56 años
En Nochebuena, circuló por redes sociales el inquietante video de un cuerpo aparentemente congelado en un banco de nieve. Parecía ser William Clay, según una cuenta de GoFundMe para gastos funerarios creada por su hermana, Sophia Clay. Ese día, escribió, habría cumplido 56 años.
Era «un ávido lector» y «muy religioso», y leía la Biblia todos los días, dijo su hermana.
«Hay gente en este mundo que puede citar la Biblia pero no la lleva en el corazón; él era una de esas personas que la llevaba en el corazón. Lo decía, lo vivía», dijo Sophia Clay.
A William Clay le sobreviven su hijo y dos nietos.
«Era un gran hermano, un gran abuelo y un gran amigo», dijo Sophia Clay.
Timothy Murphy, 27 años
Timothy Murphy, de 27 años, murió después de que la nieve tapó la salida de gases de un calefactor, provocando que su vivienda en Lockport se llenara de monóxido de carbono, señaló la policía del condado Niagara.
Murphy no contestaba a las llamadas de su primo, Steven Murphy, la mañana de Navidad.
Steven tampoco podía ponerse en contacto con su madre, Kathy Murphy, que vivía con su primo, dijo Goodrich, hermana de Timothy, citada por el diario The New York Times.
Preocupado, Steven decidió conducir hasta su casa y comprobar cómo se encontraban; acabó teniendo que caminar, tras encontrarse con carreteras cubiertas de nieve.
Steven encontró a Timothy «frío» y sin respuesta, dijo Goodrich. «No pudo salvarle».
Steven ayudó a la madre de Timothy a salir de la casa y llamó al 911. También pudo evacuar a las mascotas de su primo.
Su madre fue trasladada a la unidad de cuidados intensivos del cercano hospital Mount St.
«Steven es un héroe», dijo Goodrich, que considera lo ocurrido con su pariente como una «tragedia».
Abdul Sharifu, 26 años
Abdul Sharifu se aventuró a salir de su casa en Nochebuena para hacer la compra, a pesar de las advertencias de su esposa embarazada, que dará a luz la semana próxima, según un amigo, Enock Rushikana, citado en ABC News
Su automóvil fue encontrado abandonado en una esquina del vecindario; sus amigos creen que se había quedado atascado en la nieve e intentó volver a casa andando. Su cuerpo fue identificado más tarde por un amigo en el Hospital Infantil John R. Oishei.
Sharifu, de 26 años, era un refugiado congoleño que llegó al país en 2017. Su unida comunidad le llamaba «911» porque dejaba cualquier cosa que estuviera haciendo para ayudar a los necesitados. Estaba entusiasmado porque iba a ser padre de un niño, detalla un reporte de ABC News.
Stanisława Jóźwiak, 73 años
Stanisława Jóźwiak, una unmigrante polaca de 73 años, se aventuró a salir en su auto el viernes por la mañana, según The Washington Post.
Su hija Edie Syta recibió luego una llamada de su madre diciéndole que se había quedado atrapada en la nieve.
Unos amigos de la familia encontraron luego el cuerpo de Jóźwiak dentro del auto, que estaba enterrado en dos pies (60 centímetros) de nieve.
Syta contó al Post que su madre tenía dificultades con el inglés y probablemente no entendía el peligro de salir de su casa esa mañana.
Anndel Taylor, 22 años
Al igual que otros casos, Anndel Taylor, de 22 años, también falleció dentro de su automóvil después de que se quedó atascada mientras regresaba a casa desde su trabajo, según dijo su familia al canal local WSOC-TV.
Su hermana Tomeshia Brown había enviado un video a un chat familiar alrededor de la medianoche del viernes; a la mañana siguiente, las llamadas a Taylor no obtuvieron respuesta y la familia más tarde se enteró de su muerte, dijo Brown.
Taylor, que creció en Charlotte, se mudó a Buffalo en el verano de 2021 para cuidar de su padre, dijo Brown, citada por ABC News.
«Ella era la persona más bondadosa y cariñosa», dijo Brown en un comunicado. «Se fue a cuidar de él, pero también a construir una carrera para poder cuidar más de su familia aquí en Charlotte. Ese era su principal objetivo: volver a estudiar, ayudar a su padre. Venía a visitarnos cada vez que podía».
Fuente: Unvisión