De hecho, previo a la llegada del huracán, durante la madrugada del jueves, el estado de Florida declaró zona de emergencia y minutos después el Gobierno federal autorizó asistencia monetaria y logística a través de la Agencia de Manejo de Emergencias Federales (FEMA).
Horas antes, las compañías de electricidad que proveen el servicio en Florida anunciaron estar preparados para cualquier eventualidad.
FPL aseguró que dispone de 13.000 técnicos electricistas para atender los cortes eléctricos, incluyendo asistencia de otros estados.
“Durante el punto álgido de la tormenta, cuando las cuadrillas de técnicos no debían viajar de manera segura, nuestra tecnología de red inteligente estaba funcionando para restaurar la energía de forma remota”, aseguró Eric Silagy, presidente y director ejecutivo de Florida Power & Light (FPL).
Tras el paso de la tormenta, camiones y equipos de FPL comenzaron a llegar a las zonas afectadas.
“Ahora nuestros equipos trabajan con toda su fuerza, realizando evaluaciones críticas de daños y restaurando la energía”, afirmó Silagy.
Justo antes de irrumpir en territorio floridano, los vientos de huracán destruyeron buena parte del muelle de madera Anglin´s Fishing Pier, situado en la playa Fort Lauderdale by the Sea, 38 millas al norte de Miami (60 km.)
Más tarde, los vientos de Nicole ocasionaron daños a una pasarela de madera en Vero Beach, así como árboles y tendido eléctrico.
Entretanto, bandas de fuertes lluvias caen sobre Orlando y Kisssimme, así como Sarasota, Tampa y Cape Coral, mientras la precipitación se aleja de la zona sur de la península floridana, donde cerca de dos pulgadas de lluvia fueron reportadas el miércoles.
Fuente: Diario las Américas