Este domingo 3 de diciembre de 2017, despuntando el amanecer me comunicó con Felipe Elías Mujica para darle el pésame por el fallecimiento en la madrugada de hoy de su abuela Maruja Hernández de Mujica. Después de las palabras de solidaridad, me dice: “Viejo Mario, la Muca ‘así le dijo siempre don Guillermo a doña Maruja, los once hijos y los nietos siguieron la costumbre del patriarca’ salió al encuentro del abuelo tigrón, se va feliz, pese a su corta edad solo vivió 96 años, llanera, nació en San Fernando de Apure, llevó una vida sana”. El nieto Felipe Elías tenía doce años cuando murió su abuelo, recuerda que pocas veces lo llamó por su nombre le decía “El abuelo tigrón”, al referirse a él dice: “Su legado está ahí regado en los valores que nos dejó a todos, yo me los absorbo de mi padre, pero sé que cada uno de sus hijos tiene algo que aportar si quisiéramos abrir esa caja de memoria”.

Mujica “Lebran”, Betancourt, Leoni, Machado y Villalba al exilio

El 13 de marzo de 1937 fue desterrado otra vez del país el dirigente comunista Guillermo Mujica, quien en el activismo político clandestino usaba el seudónimo de “Lebran”, formaba parte de un grupo de dirigentes expulsados que eran los organizadores de las manifestaciones y los oradores en los discursos, entre quienes se encontraba Rómulo Betancourt, Jovito Villalba, Raúl Leoni, Miguel Otero Silva, Gustavo Machado, Gonzalo Barrios, Juan Bautista Fuemayor, kotepa Delgado y otros.

El Presidente de Venezuela Eleazar López Contreras, quien asumió la jefatura del gobierno después de la muerte del general Juan Vicente Gómez, le toca gobernar un país que venía de 27 años de dictadura Gomecista, más los años de Cipriano Castro, pues las calles estaban revueltas, había gritos y protestas por doquier, los dirigentes planteaban la búsqueda de cambios políticos. Para apaciguar a los propios y a los adversarios, el presidente hizo celebre la exclamación “Calma y cordura”. López Contreras en la búsqueda de silenciar a sus adversarios políticos que eran jóvenes y hombres que se habían formado en las cárceles como presos políticos, decidió desterrarlos del país, para no volver a encarcelarlos, por ello, dicta un Decreto Ley donde ordena la expulsión del territorio nacional de 48 dirigentes políticos de clara tendencia izquierdista, pertenecientes a diversas organizaciones políticas, que le hacían oposición a su gestión de gobierno y eran considerados perjudiciales para el orden público. Esa decisión tenía por objeto la desarticulación de un movimiento popular, que proponía la implementación de un cambio político en la sociedad, para establecer un “verdadero modelo democrático en el país”.

Los amigos de toda la vida

En 1935, cuando muere el caudillo Juan Vicente Gómez, nuestro personaje tenía 26 años, ya era un hombre curtido, había participado activamente en la política. “Estuvo preso en la tenebrosa cárcel de la Rotunda, la vil ergástula de Gómez, participó en la fundación del Partido Comunista de Venezuela, -PCV- y se preparaba para la gran explosión política y social que viviría Venezuela”.

Sus amigos de toda la vida fueron: Eduardo Gallegos Mancera, Kotepa Delgado, Pedro Ortega Díaz, Pompeyo Márquez, Miguel Otero Silva, Pedro Esteban Mejías, Gabriel Bracho Montiel, otros.

De San Vicente a Medina Nro. 78

El 11 de mayo de 1909 tenía el benemérito Juan Vicente Gómez cinco meses en el poder, ese día nació en Maracay Estado Aragua, Guillermo Mujica Torres. Es el décimo de once hermanos, sus padres fueron Pedro Juan Mujica Hernández y doña Dolores Torres Hernández (caraqueños, según la partida de nacimiento número 181, del Registro Principal de Aragua). Don Guillermo falleció en Caracas, el 10 de abril de 1985.

En junio de1938, conoce a una joven estudiante universitaria linda y apuesta, una llanera que lo prendaria para el resto de su vida: Maruja Hernández.

Seis meses después en 1939, Guillermo se une en matrimonio con Maruja, con quien forma una gran familia de once hijos: Guillermo Antonio, Marisabel, Pedro Juan, Marina Angélica, Felipe Elías, Hugo José, Dolores Cecilia, Vladimiro, María Antonia, Olga Rosa y Eduardo Alberto Mujica Hernández. El núcleo familiar Mujica Hernández, viven las primeras décadas de unión matrimonial en la famosa casa paterna ubicada entre las esquinas San Vicente a Medina Nro. 78, de la tradicional urbanización caraqueña La Pastora, que en los años 1940, 50, 60 y aun en los 70, era una zona de clima frio, porque se encuentra en las faldas del cerro El Ávila; luego la familia se va a San Bernandino y finalmente, fijan su residencia en la zona de clima frio, como lo es San José de Los Altos estado Miranda.

Poema: Romance de los veintidós años

El 2 de junio de 1961, en el desierto de Las Tejerías, Guillermo y La Muca celebraron veintidós años de casados, él fue un poeta que dejo escrito su legado, ese día le dedicó un poema a la mujer que amó, y a sus hijos que fueron su mundo. Atrás quedó la política activa, la cárcel y el destierro. Veamos estos extractos del poema: “Apenas colegiala ella dejaba de ser //aprendiz de revolucionario pensaba el que lo era. //Por patrimonio solo tenían una carga de anhelos // y cortas alas para echarlos a volar”. “Tras los veintidós años corridos //diez han sido los hijos. Estupenda cosecha de dos cuerpos //en uno solo fundido y de dos almas que unidas //han cultivado la vida, como el jardinero las flores. //Sentir que sobre los hombros, puede elevarse un hijo, debe ser el mismo orgullo que el árbol vigoroso siente cuando eleva sobre sus ramas, //la belleza de sus flores.

Papá fue un soñador

Doña Maruja al referirse a su marido, lo describía como “un activo militante del partido comunista, fue agente viajero, recorría toda Venezuela. Cuando viajaba me quedaba triste, el regreso era emocionante para mí y mis hijos, el viajero venia con su carga de sueños, frutos y el dinero para hacer realidad los sueños…pensaba que el hombre debía ser feliz aquí en la tierra…fue generoso, firme en sus convicciones, tenía buen humor, sincero y respetuoso de sus propias ideas”.

“Papá fue un soñador, un activista del futuro, fue un político honrado con su prédica, jamás el oro lo tentó”, “Maruja y sus hijos se convirtieron en escenario de su vida, su militancia política disminuyó pero su compromiso no. Permaneció fiel hasta su muerte”, así lo dejó escrito su hijo Pedro Juan.

Su hijo Felipe dice, “que su padre fue un gran conversador y conocedor de la política, jugador de dominó y de bolas criollas en el parque Los Caobos y en El Ávila, en la Canoa ubicado en el camino de Los Españoles. De él aprendió la “tiempoterapia”.

Para Valia Torrealba de Mujica, cuando habla de sus suegros, dice: “Guillermo y Maruja fueron unos seres especiales, unos segundos padres para mí, con quienes compartí y los he acompañado hasta el último minuto”. “Mi suegro nunca dejó de ser marxista leninista, le transmitió a su familia y a todo el que quisiera escucharlo un concepto de vida signado por la dignidad y la libertad”.

A finales de los años 1970 y comienzo de los 80, en la casa de San José, conocí a don Guillermo y a doña Maruja, cuando en algunas oportunidades acompañábamos a Felipe a la casa de sus padres, recuerdo que nos acompañaban Freddy Rincón, Juan Vicente Pérez, Manuel Vizcuña, Carlos Santa Fe, Martin Valero, Arnulfo Arias, otros amigos de la época juvenil y universitaria.

Vaya este homenaje a don Guillermo y en especial a doña Maruja que en Paz Descanse.

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Vía Noticierodigital.com

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