Colombia se mantiene en vilo ante la que podría ser una de las historias más dramáticas —y posiblemente milagrosas— en el país andino: el destino de cuatro niños indígenas desaparecidos hace 19 días tras la caída de la avioneta en la que viajaban en medio de la selva amazónica.
La avioneta Cessna C206, con siete personas a bordo, volaba en las primeras horas del 1 de mayo de Araracuara a San José del Guaviare, en el centro de Colombia, cuando reportó una falla en el motor. Poco después, la aeronave desapareció del radar.
Las autoridades localizaron dos semanas después los restos de la avioneta y los cuerpos de tres adultos, pero no de los otros tripulantes: cuatro niños de 11 meses, 4, 9 y 13 años, todos hermanos.
Esta semana la historia dio un giro cuando el presidente Gustavo Petro tuiteó que los cuatro niños habían sido localizados con vida. La euforia que provocó, sin embargo, sólo duró unas horas. El propio mandatario tuvo que corregir y decir que aunque había versiones de que fueron encontrados, nadie los había visto.
¿Los niños están vivos? Nadie puede responderlo aún, pero las autoridades mantienen una frenética búsqueda ante la posibilidad de que los cuatro menores hayan sobrevivido 19 días en la selva amazónica.
Los niños, miembros de la comunidad indígena uitoto, han sido identificados como Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4 años, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses.
Su abuelo ha dicho que la mamá y los niños viajaban para encontrarse con el papá de los menores, que semanas atrás había dejado su comunidad por amenazas.
Docenas de militares, apoyados por indígenas de comunidades cercanas, peinaban el área donde se habría estrellado la avioneta. El primer rastro apareció cuatro días, el lunes: un biberón. ¿Era del pequeño de 11 meses?
Guiados por indígenas, las fuerzas armadas llegaron el martes hasta el lugar donde estaban los restos del Cessna, en una zona de selva virgen. Ahí estaban los cuerpos de los tres adultos, entre ellos el piloto, un líder indígena que trabajaba como guía, y una mujer que fue identificada como la mamá de los niños. No había rastro de los menores.
Al siguiente día, el miércoles, nuevos indicios dieron optimismo e ilusión: soldados localizaron entre la maleza unas tijeras entre lo que parecía un refugio improvisado con hojas. Muchos comenzaron a pensar que esto era la prueba de que los niños estaban con vida.
Entonces vino el tuit del presidente Petro anunciando el miércoles la localización de los menores. Varios medios colombianos y extranjeros lanzaron la noticia con el mensaje del presidente dando cuenta del “milagro”.
En pocas horas, los propios medios reportaban que no había confirmación de lo dicho por el mandatario. La empresa propietaria de la avioneta declaró en un comunicado que uno de sus pilotos que estaba en el área había escuchado de algunos habitantes de comunidades indígenas que los niños estarían en camino a una localidad a bordo de una lancha que avanzaba por uno de los ríos. Eso tampoco ocurrió.
Una de las versiones era que los niños habían abordado una lancha por el río Apaporis, hacia Cachiporro, una población amazónica. Sin embargo, cuando la lancha llegó a su destino, los menores no iban a bordo.
El jueves, uno de los 100 hombres que participan en la operación de búsqueda, encontró en el lodo, cerca de un riachuelo, lo que parecía una huella de un pie humano, quizá de uno de los niños.
El mismo jueves, sin embargo, Petro volvió a Twitter para decir que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar le había dado información no confirmada: “Lamento lo sucedido. Las Fuerzas Militares y las comunidades indígenas continuarán en su búsqueda incansable para darle al país la noticia que está esperando. En este momento no hay otra prioridad diferente a la de avanzar con la búsqueda hasta encontrarlos. La vida de los niños es lo más importante”, escribió el presidente.
El viernes continuaba la búsqueda ante la atenta mirada de los colombianos que se preguntan qué pasó con los niños desaparecidos en la selva.
Petro, de gira por una comunidad amazónica, confió en que los indígenas de la zona ayudarán a ubicarlos. “Encontraron ellos la avioneta, esperemos que encuentren a los niños”, dijo.
Fuente: LA Times