Este domingo, el secretario general adjunto de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, reconoció que la población del noroeste de Siria ha quedado «abandonada» ante la falta de ayuda internacional para paliar las consecuencias del devastador sismo de esta semana.
Griffiths se encuentra en la frontera entre ambos países para evaluar la situación en la zona, tras estimar ayer que la cifra de muertos por los sismos podría rebasar los 50.000 fallecidos una vez termine el recuento.
El responsable de la ONU, mientras, ha reconocido el fracaso internacional a la hora de atender las necesidades de los afectados en Siria.
Trucks with UN relief are rolling into north-west #Syria.
I am encouraged by the scale-up of convoys from the UN transshipment centre at the Turkish border.
We need to open more access points and get more aid out fast. pic.twitter.com/EK2ZLSxb5l
— Martin Griffiths (@UNReliefChief) February 12, 2023
Así, mientras los equipos de rescate siguen buscando señales de vida, se han instalado decenas de tiendas de campaña junto a los escombros, a pocos metros de las casas derrumbadas.
Siguen apareciendo imágenes de las consecuencias de los devastadores terremotos de magnitud 7,8 y 7,5 que sacudieron el sureste de Turquía y el norte de Siria la madrugada de este lunes.
Las zonas controladas por los rebeldes en el noreste de Siria están en una situación delicada, ya que no pueden recibir ayuda de las zonas controladas por el gobierno sin la autorización de Damasco.
Hasta ahora, prácticamente toda la ayuda suministrada a esa zona transita desde Turquía a través del puesto fronterizo de Bab al Hawa, el único punto de acceso garantizado por la ONU. Pero este quedó dañado tras el sismo.
La ONU lanzará en los próximos días dos llamamientos de emergencia para Turquía y Siria con el fin de recabar apoyo internacional para la operación de ayuda humanitaria que se avecina.