Hiroshima celebró este viernes (06.08.2021) el acto conmemorativo que recuerda la destrucción causada por la bomba atómica hace 76 años en esta ciudad japonesa, e insistió en su defensa de la paz mundial a través de la firma del Tratado sobre la Protección de las Armas Nucleares.
La ceremonia en el Parque de la Paz se vio reducida a un 10 por ciento de lo habitual en otros años, al igual que sucedió en 2020 por la pandemia, limitándose su asistencia a 880 participantes, entre los que destacaron los supervivientes del ataque nuclear y sus descendientes, mandatarios locales y los representantes de 86 naciones y la Unión Europea en Japón.
Después del habitual minuto de silencio a las 8:15, el momento exacto en el que Estados Unidos lanzó la bomba nuclear sobre la ciudad un 6 de agosto de hace 76 años, el alcalde Kazumi Matsui, hizo un llamamiento abogando por el fin de las armas nucleares y la paz mundial.
El alcalde destacó el papel fundamental de Japón, el único país del mundo que ha sufrido un ataque nuclear, en servir de mediador en la comunidad internacional, e instó a su gobierno a ratificar un Tratado que fue aprobado por la ONU en 2017 y entró en vigor este enero para avanzar hacia el desarme nuclear.
Mazumi destacó, además, la necesidad de contar con más apoyo financiero para los hibakusha y víctimas del ataque nuclear o la lluvia negra derivada del ataque nuclear.
Un mundo sin armas nucleares
En su declaración de paz, el alcalde celebró la entrada en vigor este enero del Tratado, tras las demandas durante años de los hibakusha y su trabajo continuado por hacer llegar el mensaje de paz al mundo y la abolición de las armas nucleares.
«Nuestro mundo no puede ser sostenible con armas nucleares creadas para la guerra», afirmó rotundo el alcalde.
Por último, el representante de una ciudad que se vio reducida a cenizas y en la que murieron en el acto casi 140.000 personas, celebró el relevo intergeneracional de paz de la mano de los más jóvenes, que «mantendrán y promocionarán el tesoro de la paz en el mundo», según dijo.
En un discurso posterior, el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, subrayó que «Japón tiene un mayor entendimiento de los efectos de un ataque nuclear», y mencionó su intención de realizar esfuerzos por un mundo sin armas nucleares aunque no concretó medidas.
Tras la ceremonia, 440 pájaros sobrevolaron el monumento dedicado a las víctimas de la ciudad, un número que asciende a 328.902 y que incluye a las murieron aquel día y las que fallecieron a posteriori por los efectos de la radiación.
Tres días más tarde, el 9 de agosto de 1945, otra bomba nuclear fue lanzada sobre Nagasaki.
Alejandro Ramírez Saavedra
CEO
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