Tras casi 10 años de mantenerse alejada de los estadios de Venezuela, la Serie del Caribe regresa a este país sudamericano con una promesa de las autoridades: El torneo se realizará sin contratiempos.
Venezuela sufrió el retiro de la sede, en dos ocasiones seguidas, por una crisis política y social de larga data, agravada por el sostenido deterioro de su economía y el colapso de su industria petrolera, principal fuente de sus ingresos en divisas.
La 65ta edición de la Serie del Caribe, que se disputará del 2 al 10 de febrero, contará con ocho equipos participantes por primera vez. También tendrá como novedades el retorno de Cuba y la incorporación de Curazao.
El torneo caribeño convoca a los campeones del béisbol invernal de Colombia (Vaqueros de Montería), Cuba (Agricultores de Oriente), México (Cañeros de los Mochis), Puerto Rico (Indios de Mayagüez), República Dominicana (Tigres del Licey), Panama (Federales de Chiriquí) y Venezuela (Leones del Caracas).
Venezuela, como país anfitrión, extendió la invitación a Curazao, que no tiene liga activa durante el invierno, pero cuenta con una talentosa camada de jugadores con trayectoria en las Grandes Ligas, como Jurickson Profar, Andrelton Simmons y Jonathan Schoop.
Colombia, que participa desde 2020, es el campeón defensor.
La Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC) confía que será una “magnífica serie”, y destacó que se han previsto escenarios distintos para evitar cualquier sobresalto.
El máximo torneo del béisbol del Caribe no se realizaba en territorio venezolano desde 2014. Los Naranjeros de Hermosillo, campeones de México, se alzaron con el título de esa edición.
En 2019, la confederación tomó la decisión urgente, a escasos siete días del comienzo del torneo, de retirarle la sede a Venezuela ante las tensiones políticas que sacudían este país y la ruptura de relaciones entre Caracas y Washington. El certamen caribeño se disputó entonces en Panamá.
Esa fue la segunda ocasión consecutiva que a Venezuela se le retiraba la sede del torneo caribeño. La ciudad occidental de Barquisimeto iba a ser anfitriona del torneo en 2018, pero la CBPC le arrebató la sede también por la situación política y la reprogramó para el año siguiente.
Pese a que la sociedad venezolana sigue fragmentada y los problemas no han quedado en el olvido, Venezuela dejó atrás las violentas protestas callejeras, y la economía ha experimentado una mejoría luego de cuatro años de una hiperinflación de cuatro dígitos.
En el ámbito deportivo, la liga local se ha fortalecido en los dos últimos años por un aumento de la inversión publicitaria y la flexibilización de las sanciones estadounidenses que bloquearon por casi tres años la participación de jugadores afiliados a las mayores en dos de las ocho novenas locales.
En diciembre de 2019, el Tesoro de Estados Unidos ya había autorizado la participación de jugadores y coaches afiliados a las mayores en los otros seis equipos después de considerar que esas novenas no tenían ningún vínculo con el gobierno venezolano. La liga, cuatro meses antes, fue suspendida inicialmente cuando la administración del entonces presidente Donald Trump, que intentaba ejercer presión para que el presidente Nicolás Maduro se separase del cargo, amplió las sanciones contra Venezuela.
El torneo además marca el regreso de Cuba, ausente en las pasadas tres ediciones.
El equipo cubano formó parte de la serie de 1949 a 1960, durante la llamada primera etapa del torneo, pero decidió abandonar la competencia luego que el ahora fallecido presidente cubano Fidel Castro prohibió el deporte profesional en la isla.
Los cubanos retornaron a la Serie en el 2014 y se proclamaron campeones en el 2015, pero el equipo no participaba desde que en enero de 2020 fue reemplazado en último momento por Colombia al no obtener las visas estadounidenses a tiempo para viajar a Puerto Rico como consecuencia de las tensiones entre Washington y La Habana durante el gobierno de Trump.
No está claro si Cuba estará también presente en 2024, cuando está previsto que el torneo se escenifique en la ciudad estadounidense de Miami.
Humberto Oropeza, miembro del comité organizador de la serie, se mostró confiado que Venezuela “se vestirá de gala como anfitrión”.
Los organizadores informaron que el torneo tendrá como escenario principal un nuevo estadio de Caracas, una moderna instalación con capacidad para 38.000 aficionados, que albergará 21 de los 32 encuentros. El otro estadio es el Fórum de La Guaira, a unos 20 kilómetros al norte de la capital venezolana y sede de los Tiburones locales.
En 2006, en Venezuela, ya se jugó también en dos sedes, las ciudades centrales de Valencia y Maracay, donde los locales Leones se coronaron.
Fuente: LA Times