La polémica cancelación de un multimillonario contrato con Francia para la construcción de doce submarinos en Australia pone a «miles de empleos en riesgo», según advirtieron este miércoles (29.09.2021) sindicatos y políticos australianos.
El exprimer ministro australiano, Malcolm Turnbull, se sumó este miércoles a la alerta de los sindicatos sobre el impacto en los empleos que tendrá el pacto de defensa firmado por Australia con EEUU y Reino Unido, conocido como AUKUS, que supone la cancelación del contrato con Francia.
«Muchas empresas australianas van a perder sus contratos, afectará las inversiones, se perderán empleos y conocimientos técnicos», subrayó este miércoles Turnbull, que adjudicó ese contrato a los galos.
El Consejo de Sindicatos de Australia (ACTU, siglas en inglés), instó por su parte al primer ministro australiano, Scott Morrison, en una carta del 23 de septiembre, a realizar consultas con los trabajadores del país para asegurarse de que «no se externalice la capacidad de defensa de la nación a expensas de los empleos de la industria naval australiana».
Las preocupaciones de la ACTU se dan a raíz del anuncio a mediados de mes de AUKUS, que tiene como pieza central el desarrollo de submarinos nucleares en el país oceánico y que motivó a Morrison a cancelar el proyecto de construcciones de submarinos convencionales adjudicado en 2016 a la empresa francesa Naval Group.
Gobierno de Australia defiende la decisión
La construcción de los 12 submarinos de propulsión con diésel-eléctricos, que incluía la transferencia de tecnología, se iba a hacer en al menos en un 60 por ciento de su valor, estimado en 65.000 millones de dólares (55.809 millones de euros) en Australia, especialmente en los astilleros de la ciudad sureña de Adelaida.
Pese a la crisis diplomática con Francia generada por la cancelación, el Gobierno australiano ha defendido la decisión argumentando que los nuevos submarinos se ajustan más a las necesidades estratégicas y disuasorias en la región del Indopacífico, a la vez que ha asegurado que no supone una proliferación nuclear.
Sin embargo, aún quedan por aclarar asuntos como el coste de los ocho submarinos nucleares que tendrá a partir del 2040, ocho años después de la entrega prevista de los franceses, y cómo se implementará el proyecto en el plano de las contrataciones de trabajadores en Australia, país que no cuenta con una industria nuclear.
«Hay una alarmante falta de detalles disponibles respecto a este acuerdo y sobre su impacto en la crítica industria y fuerza laboral de la construcción naviera», señala la carta de la ACTU en la que se critica la «abrupta y brutal» cancelación y se plantean dudas respecto a los compromisos para la contratación de trabajadores locales.
Otras de las críticas de los sindicatos es la capacidad soberana en la gestión de los futuros submarinos con uranio altamente enriquecido, cuya tecnología no será transferida, en un contexto en el que el país oceánico carece de una industria nuclear civil o militar.
Alejandro Ramírez Saavedra
CEO
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