El régimen chavista busca por todos los medios una vía de contacto con la nueva Administración estadounidense para que acepte negociar dos puntos cruciales para Nicolás Maduro: una retirada de sanciones y la posible excarcelación de su testaferro, Alex Saab, que aguarda la extradición en Cabo Verde.

Por David Alandete/ABC DE ESPAÑA

Ahora se ha sabido que, en aras de tender puentes, el chavismo invirtió decenas de millones de dólares en campañas de propaganda y lobby por medio de su petrolera, Pdvsa, que ha sido registrada ante las autoridades estadounidenses de forma retroactiva por contratos firmados desde 2015 con bufetes estadounidenses por valor de más de 70 millones de dólares (unos 58 millones de euros).

De esos más de 70 millones, al menos seis millones fueron a parar a una veterana lobista con estrechos lazos con el Partido Demócrata, Marcia Wiss, que hizo contribuciones a la campaña electoral del actual presidente, Joe Biden. Detalles del contrato de la petrolera venezolana Pdvsa con varias firmas estadounidenses para presionar a las autoridades en Washington desde 2015 han sido publicados por la base de datos de lobbistas extranjeros, que mantiene el Departamento de Justicia norteamericano Consultar aquí]. Esos contratos se hicieron por medio de la filial de la petrolera PDV USA, Inc., que ahora ya no controla el régimen, sino el Gobierno al que reconoce la Casa Blanca, con Juan Guaidó al mando. Según dijo la lobbista Wiss a la agencia Ap, ella no hizo ninguna gestión ante las autoridades estadounidenses en nombre del régimen.

Según reveló ABC el miércoles, Maduro busca vías de negociación con EE.UU. y Europa al margen de la oposición que lidera Juan Guaidó. Estos contratos revelan que el régimen lleva años buscando un acercamiento al Gobierno estadounidense, estén al frente republicanos o demócratas. La voluntad ahora del régimen es unirse a una parte de la oposición para organizar unas elecciones regionales en principio libres, pero que le permitirían a Maduro perpetuarse aún más en el poder, como mínimo hasta 2025.

Pdvsa, la petrolera del chavismo, está sujeta a un embargo de EE.UU. por decisión de Trump. Según admite la filial estadounidense en los contratos ahora hechos públicos, «el contenido pro-venezolano y contrario al régimen de sanciones de EE.UU. implica que los anuncios tenían la intención de influir en la perspectiva del Gobierno de EE.UU. o de la ciudadanía de EE. UU. sobre el régimen de sanciones relacionado con Venezuela». Los opositores al régimen controlan ahora esa filial y Citgo, una refinadora de petróleo y distribuidora de gasolina con sede en Houston.

El papel de Delcy

Esos millonarios contratos de Pdvsa coinciden con otros por un monto de 50 millones apalabrados por esa misma petrolera con un exdiputado republicano de Florida, David Rivera. Los opositores al régimen denunciaron el año pasado a Rivera por incumplir su contrato, y además revelaron que este no se registró, como debería haber hecho, como representante en EE.UU. de una institución pública extranjera. De esos 50 millones, se pagaron 15 como adelanto por hacer un breve informe. Según publicó el año pasado el diario «The Miami Herald», la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez estuvo implicada en la negociación de esos contratos.

El miércoles, el nuevo portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price, dijo que sea como sea, la Administración Biden no va a entablar contacto con Maduro, al que calificó en varias ocasiones de «dictador». Las vías de contacto son todas por medio de la oposición al chavismo que lidera Juan Guaidó.

 

 

 

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