La nueva modalidad para adquirir dinero en efectivo surge por la prohibición de dar adelanto en los comercios y las limitaciones en cajeros automáticos y por taquilla de bancos. Es una demostración de que el Estado no ha podido cubrir la necesidad de tener dinero en mano.
“Comprar efectivo es algo como comprar pan”, dice una estudiante de Puerto Ordaz, quien semanalmente adquiere 500 mil bolívares mediante las redes sociales. “Siempre compro. Necesito para el pasaje, para comprar carne o cosas del hogar que solo puedo comprar en efectivo. Sacar en un cajero que te da 10.000 bolívares obviamente no alcanza, sólo el carrito por puesto que uso todos los días de Puerto Ordaz a Ciudad Bolívar para ir a la universidad me cobra 20.000 bolívares”.
Inicialmente compraba efectivo a amigos o conocidos. Sin embargo, afirma que los bolívares se vuelven cada vez más escasos en Ciudad Bolívar y Puerto Ordaz y los puntos de venta están totalmente colapsados, por lo tanto ahora opta por redes sociales para conseguir el dinero efectivo.
Como ella, muchos ciudadanos del interior del país recurren a las redes sociales para comprar o vender billetes. La escasez de dinero en efectivo es una realidad que se ha registrado desde hace meses en Venezuela y esta nueva modalidad es producto de esa situación.
Si bien autoridades simpatizantes del oficialismo aseguran que el problema se debe a la “mafia” o “bachaqueo” de billetes, economistas afirman que se generó por la “mala” gestión del gobierno y del Banco Central de Venezuela (BCV) al no suministrar suficientes piezas en la base monetaria del país.
Twitter y Facebook son las redes sociales más utilizadas para la compra y venta de efectivo. En Facebook hay una mayor organización que en Twitter, debido a que el usuario publica en un grupo de interés de su comunidad si compra o vende efectivo y si lo desea, el porcentaje de costo adicional por la prestación del servicio.
Entre los estados con mayor número de publicaciones de compra y venta de efectivo y mayor costo por transacción, se encuentran Bolívar y Zulia, específicamente los grupos que comprenden Ciudad Bolívar y Maracaibo. Algunos usuarios compran con menor frecuencia que otros. Una residente de Maracaibo, asegura que acude a las redes sociales para comprar 150 mil bolívares en efectivo mensualmente desde septiembre del 2017.
Los cajeros automáticos sólo permiten obtener Bs. 10.000. Por su parte, las taquillas de las entidades bancarias difícilmente dan más de Bs. 20.000, lo que implica horas en una cola. Para esta marabina, esperar no es una opción ya que sufre una enfermedad crónica. Advierte que si bien considera “aberrante” el gastar dinero en comprar “un derecho” como el efectivo, es la única manera de adquirirlo. “Necesito del efectivo cuando me piden comprar algún medicamento que sólo venden efectivo” dijo la señora.
Este “negocio” comenzó en julio del 2017, pero se intensificó en septiembre cuando el número de billetes y monedas nuevas únicamente representaban 7% de la base monetaria. Dentro de la compra y venta de efectivo estas piezas nuevas tienen un valor mayor al de los billetes viejos.
En los grupos públicos de Facebook de comunidades y compra y venta en Ciudad Bolívar, 35 personas publicaron en septiembre para solicitar u ofrecer efectivo con un adicional por prestación de servicio entre 10% y 15%. En octubre, 89 recurrieron a esta modalidad con un porcentaje entre 25% y 40% y hasta el 21 de noviembre unas 90 personas. Para esta fecha varios usuarios indicaron estar dispuestos a pagar hasta 70% o 100% de valor por la transacción. Para septiembre, el 2% representaba a los vendedores, para octubre el 11% y en noviembre el 20%. Por su parte, 13% de las publicaciones de compra y venta de efectivo en los grupos de Facebook de Maracaibo representa a los vendedores. En este sentido, se evidencia que es mayor la demanda que la oferta.
El economista Aarón Olmos explica que una mercancía se hace más valiosa mientras más escasa es en el mercado. Señala que el efectivo es fundamental para la compra de bienes y servicios y al no conseguirse, las personas, cuyos empleos requieren movilizar grandes cantidades de efectivo, crean un modelo de negocio para lucrarse. “La definición marxista es que el dinero es una mercancía. Entonces, al final de cuenta lo que tú tienes allí es un producto que se está haciendo escaso porque el gobierno lo propicio”, precisó Olmos.
Por otra parte, varios vendedores de efectivo informaron que acudieron a esta actividad una o dos veces porque “simplemente tenían la necesidad”, mientras que otros se dedican exclusivamente a la venta de dinero.
Un taxista independiente de Maracaibo acude todos los días al banco para sacar efectivo. Además de tener cuenta en todas las entidades bancarias, testifica que algunos días le permiten obtener hasta Bs. 50.000 por taquilla. De esta manera, Sierra revela que vende efectivo ya que le genera más ingresos que cualquier otro empleo. “En 10 y 15 minutos puedo hacer «rapidito» 200 o 500 mil bolívares sin hacer nada, simplemente entregando el efectivo y esperando dos o tres minutos a que me hagan una transferencia”, comentó.
No hay billete para tanta gente
Olmos asegura que el monto de billetes que mandó a imprimir el BCV no suple la cantidad ni demanda de los venezolanos, debido a que la inflación exige a los ciudadanos acudir a los bancos para sacar más piezas de billetes para comprar productos, lo que genera que se limite la salida de efectivo de cuentas de ahorro y cuentas corriente, por medio de cajeros automáticos y taquillas.
Por su parte, el economista José Toro Hardy manifestó que el gobierno está creando una cantidad excesiva de liquidez mediante el dinero inorgánico. “Es decir, hay muchos bolívares circulando, pero pocos billetes debido a que el Estado está solicitando al BCV que cubra el déficit fiscal mediante la emisión de capital que no tiene respaldo por la producción. “Por ejemplo, PDVSA tiene un déficit grande de dinero, el BCV le transfiere grandes cantidades, pero es un dinero electrónico. Entonces, una gran cantidad de dinero que va circulando en el país es ficticio” explicó Toro Hardy. De esta manera, señala que al haber muchos bolívares tratando de comprar pocos bienes, estos suben de precio, siendo el dólar el bien que más aumenta. Por lo tanto, la inflación incrementa y sumado a que no se imprime la cantidad suficiente de billetes se hacen cada vez más escasos y las personas están dispuestas a pagar el sobreprecio.
Sin embargo, la escasez de efectivo no sólo se evidencia en el día a día del venezolano, sino también en las cifras que emite el BCV. Según la información estadística de la página web del BCV, para octubre del 2017 solo un 9,8% de los billetes y monedas en circulación pertenecen al nuevo cono monetario. Es decir, entre los billetes nuevos que circulan actualmente en Venezuela, hay 601.1 millones de piezas de Bs. 500 y 63,7 millones de piezas de Bs.10.000. Eso equivale a 19 billetes de 500 y dos billetes de 10.000 por persona.
Los ciudadanos se adaptan a las restricciones
El 19 de agosto del 2017 Sudeban publicó una circular a través de su cuenta de twitter que prohíbe los avances de efectivos en comercios. En este sentido, el abogado Keibert Dugarte aclara que esta circular no rige en la compra y venta de efectivo por redes sociales, ya que la venta de papel moneda por su equivalente en digital no requiere de un punto de venta.
Dugarte asegura que se trata de una nueva modalidad en virtud de una necesidad a la cual el Estado no ha respondido. Sin embargo, no deja de ser una conducta que defraude al sistema y por lo tanto es sancionable. A pesar de que aún no esté tipificada como delito, Dugarte indica que “se pudiese sancionar aplicando el Art. 124 de la Ley del Banco Central de Venezuela que establece que comerciar sin el permiso del BCV y sin los parámetros establecidos afuera o aquí, es sancionable”. De esta manera, se podrían crear nuevos mecanismos de sanción. Finalmente catalogó a este fenómeno como “muy especial y novedoso”.
El sociólogo Antonio Suárez define este negocio alternativo como “una consecuencia no buscada de una intención”. Es decir, el gobierno al establecer la prohibición del avance de efectivo en comercios, siendo el ser humano “creativo” propicia un mecanismo que reemplace dicha falta debido a que aún existe una necesidad, en este caso es adquirir bolívares en efectivo. “No es algo que esté explícitamente prohibido porque equivale a una transacción, y es una transacción nacional. Ahora el gobierno cuando vea eso lo prohibirá explícitamente ¿Pero qué va a pasar? Va a pasar lo mismo, se va crear un mecanismo que va a suplir esa falta porque esa necesidad está latente allí”. Enfatizó que el hombre al ser creativo, toma lo que tiene a la mano, en esta oportunidad, las redes sociales.