Por Amancio E. Ojeda Saavedra

Dado la tendencia del Teletrabajo, pululan gerentes y líderes que se quejan del compromiso de los miembros de su equipo con la organización, con el departamento, y peor aún, con la tarea que les corresponde. Las razones son múltiples.

Buscar comprometer a la persona desde un propósito global a una acción particular, es una gestión de liderazgo; que requiere trabajo, tiempo y mucha congruencia para servir de modelo, tanto en la pasión por “Comprometerse”, como en la conducta de desempeñarse con excelencia.  Cuando los líderes se comprometen con una causa  de manera decidida, y lo hacen bien, seguramente tendrán gente que los quiera seguir, y emular su nivel de compromiso.

Dado que el compromiso es determinante en los logros de cualquier gestión, el  líder debe  ser el primero en declarar repetidamente con palabras y acciones: “Yo me comprometo con…”. Su gente necesita escucharlo, verlo y sentirlo, el líder es el detonante para lograr el compromiso.

Es necesario que se reconozca que los seres humanos primero se comprometen con una persona y su liderazgo, y luego con una causa.

He observado como la mesa directiva, responsabiliza a la unidad de Gestión Humana del poco compromiso de la gente, o la juzgan negativamente, porque no funcionan los planes para mejorar el desempeño a través del teletrabajo. Desde mi mirada, la responsabilidad de lograr que la gente se comprometa, descansa en los líderes; esto incluye a todos los que tienen roles de dirección, gerencia y supervisión. Si alguna responsabilidad tiene la unidad de gestión humana, es no haber seleccionado o formado bien a los líderes, para que puedan lograr el compromiso de su gente, más allá del entorno.

En oportunidades cuando un miembro del equipo hace la declaración “Yo me comprometo con trabajar de manera remota” los líderes más que gozar de tranquilidad, se inquietan ¿Por qué?  

Tres razones

Hay distintas razones para que quien dirige le surjan dudas y se inquiete, unas de ellas pueden ser:

1.- Hay una honesta intención del colaborador, pero el líder sabe que no posee las competencias, la disciplina, el entorno o los recursos técnicos.  

2.- Las experiencias pasadas con el colaborador han dado como resultado,  que  su intención no es acompañada de acciones. ¿Es el compromiso real?  

3.- El compromiso que se anuncia es un acto de diplomacia, para quedar bien ante los compañeros y el líder, pero esa persona ha demostrado que trabaja mejor bajo supervisión directa y constante.   

En estos tres escenarios se puede hallar un líder con uno o varios de los miembros del equipo, y parte de la responsabilidad de estos contextos recaen en la dirección. Es momento de aprender a confiar y tratar a los miembros como adultos.

Es importante resaltar que es imperioso conseguir el compromiso por el Teletrabajo y la tarea, ambas cosas. Cuando hay debilidades en la confianza sobre quienes son nuevo en el teletrabajo, es preciso llevarlos a la ejecución de tareas pequeñas, que les ayude a incrementar la seguridad en esta nueva forma de laborar.

Para poder comprometer a alguien, lo primero que se debe buscar es que la persona tenga la oportunidad de hacer algo, hacerlo bien, aprender de ello, y reciba el merecido feedback y oportuno reconocimiento. De esta manera tendrá la certeza que su trabajo es valioso para sí mismo y para otros.

Presenté dos miradas del compromiso, y ambas están relacionadas a la capacidad de dirección; porque al final de la historia, es la gestión del líder la que permite la conexión entre un objetivo deseado y un objetivo alcanzado.

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