El ex ministro de Defensa de España José Bono aseveró que la relación entre el difunto presidente venezolano Hugo Chávez y el ex embajador español en Caracas Raúl Morodo trascendió las fronteras que, usualmente, existen entre un presidente y un embajador.

Como demostración de esto, Bono reseñó un supuesto encuentro ocurrido en agosto de 2005 cuando compartió una comida en Caracas con Chávez y Morodo. Así lo contó en su biografía Diario de un Ministro.

Aparentemente, Chávez, a pesar de no ser bebedor de vino, aventuró a afirmar que el vino venezolano pronto podría superar al californiano.

“¿Quieres que te responda como embajador, como amigo o como hermano?”, le preguntó, en ese momento, Morodo.

“Naturalmente, como hermano”, le contestó Chávez.

A través de este relato, el periodista de Al Navío Daniel Gómez asoma que la relación entre Chávez y Morodo era de gran complicidad, más aún dada la familiaridad y confianza con la que se desenvolvía en presencia del diplomático.

De hecho, Morodo le espetó que el vino venezolano era, por entonces, “muy malo”, y Chávez se echó a reír.

“Eso mismo asegura Fidel y por ello me envía un vino español muy bueno”, expresó, entonces, mostrando la botella de un Vega Sicilia.

Un Vega Sicilia, el mismo vino que compraba por cajas y tomaba el boliburgués Diego Salazar, hoy un preso de Nicolás Maduro. Cada botella de ese vino, «muy malo», cuesta más de 1.400 euros.

Lo que en este libro pasa como una simple anécdota, en la actualidad cobra fuerza porque se muestra como un comprobante de la buena relación entre el expresidente Hugo Chávez y el embajador español en Venezuela entre 2004 y 2008, Raúl Morodo. Una relación que sembró el clima propicio para los negocios que hoy investigan la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción.

A Morodo se le acusa de blanquear 4,5 millones de euros en España de la petrolera estatal venezolana, PDVSA. La PDVSA de Hugo Chávez y el exministro Rafael Ramírez dado que la presunta operación tuvo lugar entre 2008 y 2013.

Por aquel entonces Morodo ya no era embajador, pero se supone que aprovechó la buena relación con el expresidente Hugo Chávez, “amigo” y “hermano”, para conseguir contratos de PDVSA. Contratos que firmó Aequitas Abogados Consultores Asociados, el despacho de abogados del hijo de Morodo, Alejo Morodo. Contratos aparentemente ficticios, como se puede observar en revelaciones de El PaísEl Español y El Mundo. Contratos que movían el dinero de PDVSA por sociedades de Panamá y Suiza para finalmente blanquearlo en España.

La justicia española sigue investigando. Hace dos semanas fueron detenidos el hijo de Morodo y otras tres personas. Al diplomático no lo arrestaron debido a su avanzada edad, 84 años. Este declaró el pasado miércoles ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, y los cuatro detenidos fueron puestos en libertad bajo medidas cautelares.

 

Con información de ALnavío

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