La juramentación de Nicolás Maduro para su segundo mandato sigue siendo un dolor de cabeza para la cúpula del poder. Que el presidente haya retado a los embajadores a retirarse de Venezuela, confirma  que su unico plan consiste en escudarse en Vladimir Putin y la siempre eterna asesoria cubana .

Lo hemos dicho al Gobierno parece beneficiarle el aislamiento internacional, ídem que a los Castro en Cuba. De allí el reto de Maduro. Que se vayan todos, dijo envalentonado. Luego lo repitió Jorge Arreaza. Pero no está dicha la última palabra. Y el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Constitucional, prepara una bochornosa maniobra para justificar la juramentación de Maduro ante ese organismo.

En Sala Constitucional piensan dictar una sentencia aplicando el criterio de desacato de la Asamblea Nacional. Bajo este pretexto, dirán que Nicolás Maduro debe juramentarse ante el TSJ y no en la Asamblea Nacional, como corresponde en estos casos. Ya existe un antecedente, pues en 2017, el TSJ recibió la memoria y cuenta del presidente“, reveló este domingo a El Cooperante un fuente del Tribunal Supremo. De esta manera, le darían un matiz pseudo legal a un acto que dentro y fuera de Venezuela nadie aceptará, pues califican a Maduro como ilegítimo. De facto, han dicho en el Parlamento.

Buscan “blindar” la juramentación, entonces. Y al acto, como anticipó Nelson Bocaranda en su cuenta Twitter, estarán invitados funcionarios rusos y turcos, entre otros. O lo que es igual, los pocos aliados que le quedan al Gobierno a lo externo. De todos ellos, el factor que pesa en lo cualitativo es Rusia, cuya estrategia geopolítica para enfrentar a Estados Unidos consiste, esencialmente, en usar a Maduro como pieza desestabilizadora en la región.

 

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