El Gobierno de Nicolás Maduro «gana tiempo», «distrae la atención» y «busca lavarse la cara internacionalmente» con el nuevo proceso de diálogo abierto con la oposición venezolana, advirtió la Conferencia Episcopal del país caribeño.
En declaraciones recogidas hoy por el diario El Nacional, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Diego Padrón, aseguró que «el diálogo es una estrategia que ha usado el Gobierno en diferentes oportunidades» y criticó a una oposición «que no informa a los ciudadanos sobre sus decisiones» respecto a la negociación.
Representantes de los cuatro principales partidos de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y del Gobierno de Nicolás Maduro celebrarán el 1 y el 2 de diciembre la primera reunión formal de una nueva fase de diálogo que ya comenzó este mes con encuentros preparatorios a más bajo nivel.
Sobre esta nueva ronda de negociaciones se ha pronunciado también el arzobispo de Mérida, el cardenal Baltazar Porras: «El ministro (de Información) Jorge Rodríguez ha dicho que el presidente Nicolás Maduro ha hecho más de 300 llamados al diálogo, pero también ha dicho 3.000 insultos y descalificaciones».
Por su parte, el arzobispo de Caracas, Jorge Urosa Savino, se ha referido a los temas que se tratarán en las conversaciones, que se celebrarán bajo supervisión internacional en la República Dominicana.
«El Gobierno necesita el apoyo de la oposición para resolver el problema de la reestructuración de la deuda, y la oposición debe aprovechar esta coyuntura para lograr el reconocimiento de la Asamblea Nacional y la designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral», ha recordado Urosa.
El presidente Maduro ha pedido a los tenedores internacionales de bonos una refinanciación o reestructuración de la deuda externa de Venezuela que le permita poder seguir pagando y evitar que se consume la caída del país en suspensión de pagos.
Según la Constitución, cualquier decisión sobre el endeudamiento debe estar avalada por la Asamblea Nacional (Parlamento), a la que el Gobierno y poderes alineados como el Tribunal Supremo y la Asamblea Nacional Constituyente han ninguneado y despojado de poderes desde que la oposición ganó las legislativas de diciembre de 2015.
Cambiar el Consejo Nacional Electoral -acusado de numerosas irregularidades y de fraudes para favorecer al oficialismo en los dos últimos procesos que ha organizado- es la gran aspiración de la oposición en estas conversaciones, de manera que pueda concurrir con garantías a las elecciones presidenciales que deben celebrarse en 2018.
«No se puede seguir adelante con este Poder Electoral que ha actuado dictatorialmente y ha hecho lo que le ha venido en gana con los electores», afirmó el arzobispo de Caracas en referencia al Consejo Nacional Electoral. EFE
Vía Informe21.com