La organización Kapé señaló que en lo que va de año más de 2 mil indígenas de esa etnia han cruzado la frontera. Todo para mitigar el hambre que impone la debacle económica de la dictadura.

Hambre en Venezuela

Más de 2 mil waraos han cruzado la frontera de Venezuela con Brasil ante la peor crisis de hambre que afecta al país por la falta de alimentos y medicinas.

La migración de las familias indígenas waraos se acentuó en los primeros meses de 2018. Enero y febrero han marcado cifras preocupantes en la historia de movilización y desplazamiento de integrantes del pueblo warao.

Los caseríos y comunidades originarias han quedado desolados por la salida de las familias que buscan la sobrevivencia en otros lugares.

Nicaulis Núñez es una madre warao que decidió renunciar y abandonar el trabajo que realizaba como obrera en la escuela Manuela Sáenz, de Tucupita, para cruzar la frontera entre Venezuela y Brasil.

Núñez justificó su renuncia ante la directiva de la institución por la miseria y hambre que atraviesan sus hijos y la imposibilidad de resolver sus necesidades con su trabajo como obrera dependiente del Ministerio de Educación.

De igual forma, Francisco Chico Peña decidió emprender su viaje más largo: atravesar la frontera y llegar hasta Pacaraima, localidad fronteriza de Brasil, en busca de horizontes que le permitan sostener y aliviar el hambre que padece junto a sus familiares en Tucupita.

De acuerdo al monitoreo del equipo del Observatorio de Derechos Indígenas Kapé Kapé, el traslado de familias waraos se ha acentuado en los primeros 2 meses del año.

Las comunidades Janokosebe, Yakerawitu y Yakariyene son las que presentan mayor salida de familias hasta la frontera de Venezuela con Brasil.

Datos que alarman

En los últimos 2 meses se ha constatado la salida de 20 familias de Yakariyene, 15 han salido de Yakerawitu y más de 30 familias han abandonados la comunidad de Janokosebe.

De acuerdo a las informaciones de la organización religiosa Pastoral Indígena, presidida por el sacerdote Zacarias Kariuki, en los últimos meses, más de 2 mil waraos han cruzado la frontera para radicarse en refugios instalados por las autoridades brasileñas en Boa Vista y Pacaraima.

Según el padre Zacarías, las familias waraos se encuentran en situación de refugiados, en albergues que ya están saturados “y no todos están recibiendo la ayuda necesaria que requieren, no sólo los waraos, sino todos los venezolanos que han salido del país”, asevera.

El desplazamiento de las familias waraunas no es de nueva data, Alvaro García Castro, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), en su boletín antropológico 48 denominado Los waraos urbanos, mendicidad indígena señala que “el warao acude al centro criollo en busca de solución a su problema económico o sanitario y a su vez, el centro urbano lo tolera por un sentimiento implícito de responsabilidad hacia el indígena, cuya condición es resultado del abandono institucional y del atropello individual”.

En sus investigaciones, Alvaro García sostiene que, a partir de 1966 se inicia un éxodo cada vez mayor de los waraos hacia los centros poblados de la periferia urbana, a causa del deterioro de las condiciones naturales de subsistencia.

El desplazamiento de los waraos hacia la frontera de Venezuela con Brasil es considerado por las autoridades de Brasil como un problema social causado por la inestabilidad y la crisis económica y política que han desatado la severa escasez de alimentos y medicinas que impacta las condiciones de vida en Venezuela.

Vía LaPatilla.com

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