La organización, que califica de “arbitraria” la detención, aseguró que, “dos meses después, se desconoce dónde está”.
Por su parte, Justicia, Encuentro y Perdón (JEP) aseguró que su arresto “se realizó sin justificación legal clara ni respeto al debido proceso” y que, desde entonces, “no se ha proporcionado información oficial sobre su ubicación ni sobre sus condiciones de detención”.
“Esta situación constituye una grave violación de sus derechos humanos. Su madre, Cheryl Ann Branker, está pasando momentos de angustia al no saber dónde está su hijo”, señaló esta ONG.
Asimismo, exigió al Estado informar, de “manera inmediata y transparente, sobre el paradero y situación” del periodista, así como garantizar “su integridad física, el acceso a su defensa legal y el contacto con sus seres queridos”.
“Reiteramos el pedido por la liberación inmediata de todos los periodistas y presos políticos injustamente encarcelados”, agregó JEP.